Una nueva investigación australiana demuestra que el dióxido de titanio (E171) está relacionado con enfermedades inflamatorias intestinales y el cáncer colorrectal. Este aditivo afecta significativamente a la homeostasis intestinal, altera las funciones bacterianas cambiando los metabolitos liberados por las bacterias, provoca un aumento de la formación de biopelículas, etc.
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