Hace unos días COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) presentó un estudio titulado “Cómo cargarse el consumo de fruta dulce 150 días al año”, se trata de un documento en el que se analizan las campañas del melocotón y la nectarina del periodo 2013-2017. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que las diferencias significativas entre el precio en origen (lo que se paga a los productores) y el precio en destino (precio al que se comercializan estas frutas en el mercado), están acabando con la rentabilidad de las explotaciones y, además, se presiona a la baja el consumo de melocotones y nectarinas.
Como ocurre en otros sectores de la agricultura, los movimientos de los intermediarios están provocando que cada vez sean más los agricultores que decidan abandonar sus explotaciones, lo que afecta de forma significativa al tejido agroeconómico de nuestro país favoreciendo la dependencia de los productos de terceros países. Basta con dar un vistazo al histórico del IPOD (Índice de Precios en Origen y Destino de los Alimentos) para darse cuenta de la evolución y situación del mercado de estas frutas con hueso.
Como decíamos, COAG ha analizado la evolución del mercado del melocotón y la nectarina desde el 2013 hasta el 2017, según los resultados, el año pasado se alcanzaron los máximos márgenes comerciales de todo el periodo estudiado, en el caso del melocotón, la media de la diferencia entre origen y destino se situó en un 732%, la nectarina tuvo datos similares, situándose la diferencia en un 722%, aunque destacando que se alcanzaron valores máximos para el melocotón de un 1.067% y para la nectarina de un 1.053%.
Los precios que se paga a los agricultores son especulativos, en ocasiones han denunciado que es prácticamente imposible cubrir los costes de producción, sin embargo, el precio en los mercados no ha dejado de subir con una tendencia estable, incrementándose el precio del melocotón en un 12’3% y el de la nectarina en un 16’3%. En origen, los precios fluctúan y sufren continuos descalabros, en 2017 el kilo de melocotones se cotizó a una media de 0’28 euros, aunque en agosto de ese año el precio en origen fue de 0’15 euros por kilo. En el caso de la nectarina, el precio medio se estableció en 0’29 euros/kilo, de igual modo, tuvo meses de auténtico descalabro, ya que en agosto de 2017 se cotizó a 0’15 euros.
Los precios medios del 2017 han sido un 44% y 47% inferiores respectivamente a la media establecida en el periodo 2013‐2016, es decir, la situación es cada vez más insostenible en el campo. COAG explica que el precio en origen marca la evolución de los márgenes de los intermediarios, como el precio en destino es estable y tiene una tendencia al alza, cuanto menor es el precio en el campo, obviamente mayor es el margen de los intermediarios. Aunque se habla de estas dos frutas, hay otros muchos productos que están sujetos a especulación y con problemas mayores, un ejemplo es la patata, en ocasiones, las diferencias entre origen y destino son inconcebibles, no se puede pagar un kilo de patatas a 5 céntimos como ocurrió en octubre de 2014 y comercializarlo a 0’66 euros, lo que supone un incremento de 13’20 veces el valor del producto en el campo.
Este es sólo un ejemplo, hay muchos más, como decíamos, basta con dar un vistazo al historial del indicador para darse cuenta de ello. Volviendo a los melocotones y las nectarinas, estas diferencias de precio contribuyen forzosamente a la caída del consumo, según los estudios, el consumo per cápita de estas frutas ha pasado de una media de 6’5 kg/año en 2007, a apenas superar los 4 kilos en la actualidad. De acuerdo que en la reducción pueden influir factores como el cambio en la tendencia de consumo, las calidades que se ofrecen en los lineales de los supermercados, etc., pero evidentemente el precio es un factor decisivo que contribuye al menor consumo.
Nos sorprende que en el estudio no se citen las importaciones de estas frutas de terceros países que, según las estadísticas, aumentan año tras año, esa es también una razón de peso que provoca el hundimiento de los precios del producto nacional. Otra cuestión que no se cita es la histórica reivindicación de poner en marcha una legislación que regule los márgenes comerciales de los productos agroalimentarios, así como la construcción de una cadena de suministros alimentarios más justa. Hay que recordar que los agricultores son el primer eslabón de la cadena de suministros y sin ellos no habrá alimentos que procesar, vender y consumir. Estos problemas son la causa por la que cada vez sea menor el tejido agroindustrial en nuestro país, lo que lleva a que se consuma más producto de terceros países que aunque son más baratos, son de peor calidad.
COAG propone una serie de medidas para los fruticultores, son medidas fiscales, ayudas económicas como moratorias para los préstamos contraídos, líneas de financiación, condonación de diferentes impuestos, ayudas en la contratación del seguro de la fruta, etc. En nuestra opinión, son remiendos temporales y no la solución, la raíz del problema se encuentra en la especulación de los precios y la importación de frutas de terceros países, a las que habría que aplicar un aumento arancelario para beneficiar al producto nacional. Claro que, lamentablemente, para la CE el proteccionismo no es el camino, pero se hace evidente que hay que tomar medidas proteccionistas en favor de los productores nacionales.
Podéis conocer más detalles del estudio a través de este artículo (Pdf) publicado en la página web de COAG.
Foto | skyseeker
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