Según una investigación desarrollada por expertos de la Nasa Goddard Institute for Space Studies, los veranos más calurosos como consecuencia del cambio climático, están favoreciendo que en Francia se desarrolle antes la maduración de la uva, lo que propicia cosechas más tempranas asociadas a los vinos de más calidad. Antes de la década de los 80 se necesitaba sufrir una sequía y que las temperaturas se incrementaran un poco para poder obtener una cosecha temprana, pero a partir de 1980 se empezaron a obtener cosechas tempranas sin necesidad de la sequía, bastaba con el incremento de las temperaturas.
Es decir, según la investigación, el cambio climático mejora el vino que se produce en Francia, no importa si en verano se producen lluvias torrenciales, éstas no siempre pueden mitigar el calor que provoca la pronta maduración de las uvas y la consiguiente concentración de azúcares, taninos, etc. Según los expertos, ahora la situación le es favorable a los productores de las regiones de Burdeos y Borgoña, regiones en las que se centró esta investigación. Esto puede ser bueno a corto plazo, pero a largo plazo la situación se tornará complicada y los vinos ya no tendrán la calidad de ahora debido al continuo incremento de las temperaturas.
Según la investigación, las cosechas se han adelantado días e incluso semanas durante las últimas décadas, dependiendo de la región vinícola. Los viñedos de Burdeos se están recogiendo una media de nueve días antes, los del Valle del Loira una media de 11 días antes, y los viñedos que se sitúan en la región próxima al Lago de Ginebra localizado entre Suiza y Francia, las cosechas se han adelantado nada menos que 23 días, estos datos los podéis ver en la siguiente infografía. Tanto los vinos franceses como los vinos suizos mejoran en calidad debido al aumento de las temperaturas y las cosechas tempranas, pero a largo plazo se va a sufrir un incremento de las temperaturas que provocará que algunas regiones productoras ya no sean adecuadas para producir determinadas variedades de uva.
Sobre la relación cambio climático y producción de vino se han realizado varios estudios durante los últimos años, merece la pena citar este estudio desarrollado por expertos del Laboratorio Internacional en Cambio Global perteneciente al CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). A partir de los resultados obtenidos se configuró una previsión reflejada en un posible mapa mundial de la producción de vino en el año 2050. En él se muestra que muchas áreas actuales adecuadas para el cultivo de uva para la producción vinícola se perderán en el año 2050, podemos ver que países como Francia y España se verán considerablemente afectados. En este mapa también se muestran las áreas que actualmente no son favorables pero que en el año 2050 serán adecuadas para la producción y elaboración de vino.
El aumento de las temperaturas y la disminución de las lluvias son aspectos que afectan al equilibrio entre temperatura y humedad, dos cuestiones fundamentales que permiten el cultivo y la producción de uva de calidad. Los expertos explican que el razonamiento de que un clima más cálido y una cosecha más temprana signifique producir un mejor vino sólo es verdad hasta cierto punto, ya que a medida que se vayan produciendo los cambios climatológicos será necesario recolectar mucho antes y las reglas tradicionales ya no se podrán aplicar.
En algunas regiones españolas se han tenido que adelantar las vendimias para que no se dieran problemas como una mayor acidez, una mayor graduación alcohólica fruto del incremento de la concentración de azúcar resultante de la maduración acelerada o un pH más elevado que provoca que el vino se aclare y existan más posibilidades de que se desarrollen microorganismos perjudiciales para su maduración. La falta de agua y el exceso de calor propician que no exista una concordancia entre la maduración de la piel y de la pulpa, el resultado son vinos más duros, esto es algo que ocurrirá en el país galo y que se agravará con el paso de los años. Los expertos pronostican que las zonas actualmente aptas para la viticultura se reducirán entre el 25% y el 73%.
Algunos estudios han concluido que es necesario que los productores muevan sus viñedos a latitudes más altas, otros advierten que el cultivo de viñedos en zonas más elevadas puede derivar en la degradación de la vegetación natural y en consecuencia afectará a las especies nativas, destacando el impacto y riesgo de extinción de varios animales. Por ello se recomienda planificar de forma conjunta y globalizada la expansión de viñedos a fin de evitar invadir zonas de gran importancia medioambiental.
En la nueva investigación se apunta que en Europa la situación no será tan extrema, al menos durante unos años, en cambio, en regiones productoras como California la situación será muy complicada, los viñedos de Napa y Sonoma se enfrentarán a unas temperaturas muy elevadas y no se podrán producir vinos de calidad como en la actualidad, antes de lo esperado. No sólo está cambiando el momento de vendimiar, también está cambiando la relación entre el tiempo y el crecimiento de la uva, generalmente un final de verano seco permite que las temperaturas se incrementen facilitando que las uvas maduren, un periodo de lluvias puede retrasar la vendimia, pero durante las últimas décadas la temperatura se ha incrementado hasta el punto de que las uvas maduran incluso si las condiciones son húmedas, esto significa que vendimia y condiciones climáticas secas se han desacoplado.
Según leemos aquí, ahora es un buen momento para los viñedos de Francia y Suiza, pero a medida que las temperaturas aumenten en las próximas décadas, puede resultar crítico para los productores de vino de estos países. Podéis conocer más detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica Nature Climate Change.
Foto | cocoate.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario