Por Pascua, además de los famosos huevos de chocolate, también se regala a los niños conejitos de chocolate, estos productos se encuentran en las pastelerías si se elaboran de forma artesanal, y en los supermercados y centros de distribución si se han elaborado de forma industrial. Pues bien, según un análisis elaborado por Foodwatch, asociación de Alemania sin ánimo de lucro que lucha defendiendo los intereses y derechos de los consumidores, hay que tener cuidado con los conejitos de chocolate para Pascua elaborados industrialmente por su contenido en hidrocarburos aromáticos, elementos asociados al riesgo de cáncer, y por su contenido en aceites minerales que se pueden acumular en diversos órganos causando diferentes daños.
Según la organización alemana, el aceite mineral entra en contacto con el chocolate y se integra en él a través de diversas fuentes, el transporte de los granos de cacao en bolsas que han sido tratadas con aceites, los gases procedentes de la industria y el transporte, la maquinaria que se utiliza para la producción industrial de los conejitos y huevos de chocolate, el almacenamiento de las materias primas, o a través de la tinta de impresión que se utiliza en los embalajes de papel o cartón reciclado, entre otros.
Como ya hemos explicado anteriormente, reciclar el papel y el cartón para darle un nuevo uso puede ser beneficioso para el medio ambiente, pero las investigaciones y pruebas realizadas muestran que es necesario tomar medidas de seguridad para evitar que este embalaje pueda afectar a la salud. El papel se recicla y se convierte en pasta de papel a la que se le añaden disolventes químicos cuyo cometido es actuar como un cribado, separa todos los materiales que no son fibras de papel.
Seguidamente esta pasta es sometida a un centrifugado para separar materiales por densidad, uno de los últimos pasos es la separación o eliminación de la tinta mediante un proceso en el que se separa de los lodos. Finalizado el saneamiento de la materia prima, sólo es necesario lavar la pasta y blanquearla con determinados productos químicos. Este es básicamente el proceso de reciclado, pero no es totalmente efectivo, ya que la pasta resultante integra diversos aceites minerales procedentes de la tinta, producto que se elabora con resinas, aditivos y colorantes y que durante el proceso de fabricación utiliza solventes muy tóxicos que contienen acetato de plomo.
Como decíamos, según Foodwatch, el contenido elevado en aceites minerales y otras sustancias como los compuestos aromáticos integrados en el chocolate llegan a través de diversas fuentes, lo que demuestra que la industria alimentaria no tiene bajo control la presencia de estos elementos en los alimentos. Por ello, esta organización vuelve a solicitar que el Gobierno alemán, y sobre todo la Unión Europea, pongan en marcha una legislación que establezca límites estrictos del contenido de aceites minerales en los alimentos.
Recordemos que el año pasado se impulsó una campaña sobre este tema por la organización de consumidores, en ella se solicitaba que se obligase a todas las empresas a utilizar barreras de separación como una bolsa o un revestimiento interior en todos los envases que se fabriquen con papel y cartón reciclado cuyo destino sea el de contener alimentos. La organización solicitaba un compromiso de límites estrictos sobre la presencia de hidrocarburos en la legislación alimentaria, y aplicar la tolerancia cero con los hidrocarburos aromáticos que son cancerígenos, lo mismo solicita ahora.
Volviendo al análisis de los conejos de Pascua de chocolate, parece ser que ocho de los 20 conejos de Pascua que comercializan diversos supermercados, contenían una elevada presencia de hidrocarburos aromáticos y aceites minerales. Los productos afectados son comercializados por Lidl, Aldi, Lindt y Feodora entre otros, en este documento (Pdf) podéis conocer con detalle el análisis realizado, en él se destacan los conejitos de chocolate que pasan las pruebas y los que no las pasan, destacando como libres de estos compuestos los conejitos de chocolate que fabrica Nestlé, Milka (Mondelez) y Ferrero Rocher. Los conejitos que no han pasado las pruebas y tienen un elevado contenido de los compuestos mencionados son los comercializados por Aldi, Feodora, Lidl, Riegelein Confiserie, Lindt y Penny.
Merece la pena dar un vistazo al análisis, posiblemente alguno de los productos señalados por su potencial riesgo también se comercializan en España, por lo que sería interesante que se llevara a cabo un análisis para constatar si dan los mismos resultados que los conejitos de chocolate que se comercializan en Alemania y evitar adquirirlos para regalárselos a los niños. En la campaña realizada el año pasado por Foodwatch se pedía al Comisario Europeo de Salud y Seguridad Alimentaria que tomara cartas en el tema, pero de momento no se ha obtenido respuesta. El nuevo análisis de la organización alemana de consumidores no hace más que reafirmar que es necesario poner en marcha una legislación que prohíba la presencia de estos compuestos en los alimentos cuanto antes. A través de la página web de Foodwatch podréis conocer más detalles de la noticia.
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