El pasado mes de septiembre nos hacíamos eco de una curiosa prueba puesta en marcha en Francia, en la que durante 10 semanas se probaría la efectividad de cuatro formatos de etiquetas alimentarias, que tenían la misión de identificar los alimentos saludables, el etiquetado NutriScore, el etiquetado Nutri-Repère, el etiquetado SENS y el etiquetado semáforo utilizado en el Reino Unido. Se pretendía averiguar el sistema más efectivo para informar a los consumidores sobre el carácter saludable de los productos alimentarios. Tras los resultados obtenidos en este experimento en el que se ha contado con la colaboración de 40 supermercados de cuatro regiones francesas, el Gobierno del país debería tomar una decisión sobre la etiqueta que se debería utilizar.
Pues bien, organizaciones de defensa de los consumidores como Foodwatch Francia, denuncian que el experimento con las etiquetas nutricionales es una farsa. Para esta organización no tiene sentido que, en vez de confiar en el asesoramiento científico para utilizar el modelo más efectivo, a la hora de informar a los consumidores sobre el carácter saludable de un alimento según su contenido en grasas, azúcares y sal, se haya optado por esta “puesta en escena” impulsada por los grupos de presión (industria alimentaria) y que además se haya organizado por el FFAS (Fondo Francés para la Alimentación y la Salud), organización que precisamente está financiada por la industria alimentaria, algo que ya comentamos en el mes de septiembre.
En este post destacábamos además que en este experimento participaban seis investigadores vinculados a empresas alimentarias como Nestlé y Danone, algo que claramente delataba un conflicto de intereses. El Gobierno francés debería haber intuido que el hecho de no trabajar con investigadores independientes que no tuvieran ninguna relación con las compañías de alimentación, habría levantado suspicacias y el rechazo de los resultados que se obtuvieran. No sólo Foodwatch Francia ha denunciado esta “farsa de experimento”, también muchos profesionales relacionados con la salud y la alimentación saludable han denunciado este experimento al considerar que existen varias irregularidades en los procedimientos, claros conflictos de intereses y ninguna credibilidad científica.
La nueva Ley de Salud puesta en marcha en el país debía ser una justificación para la introducción de un logotipo o etiqueta identificativa en la parte frontal de los productos alimentarios, con la que mediante el código de colores, fuera capaz de informar rápidamente al consumidor sobre la calidad nutricional de los productos, facilitando la tarea de elegir los alimentos más adecuados para una dieta sana y equilibrada, pero la estructura y procedimientos de esta prueba cuestionan el cometido y efectividad de dicha ley.
El FFAS, que como ya hemos comentado representa los intereses de la industria alimentaria, así como el lobby de esta industria vinculado al mundo político, ha manifestado en varias ocasiones estar en contra de este tipo de etiquetados informativos, por tanto, ¿cómo se puede creer en la imparcialidad de la prueba? Son muchos los que consideran que la Ministra de Salud del país debe poner fin a esta mascarada que no es más que una tomadura de pelo, una farsa orquestada por los grupos de presión cuya decisión final no hará más que proteger los intereses de la industria alimentaria.
Los modelos de etiquetas que participan en esta prueba son: el etiquetado semáforo, cuya finalidad es informar de la cantidad de grasas, azúcares o sal de un alimento mediante la codificación por colores (rojo, verde o amarillo), el etiquetado NutriScore, una codificación por cinco colores y letras, el etiquetado SENS, que recomienda con qué frecuencia se deben comer ciertos productos, este etiquetado asocia colores y descriptivas (muy a menudo, a menudo, moderadamente, regularmente en pequeñas cantidades, u ocasionalmente en pequeñas cantidades). Por último el etiquetado Nutri-Repère, este no utiliza la codificación por colores, su sistema se basa en proporcionar información sobre las cantidades diarias recomendadas de los productos en porcentajes.
¿Qué etiqueta alimentaria de las cuatro citadas es más favorable a los intereses de la industria alimentaria?, para algunos analistas parece evidente que el etiquetado Nutri-Repère es el que le interesa más a la industria, y no tardaremos en conocer los resultados de la prueba. Foodwatch Francia ha puesto en marcha una petición para la recogida de firmas solicitando a la Ministra de Salud, Marisol Touraine, que ponga fin a esta mascarada, los consumidores franceses que lo deseen pueden cumplimentar esta petición en la que se exponen los datos y el desacuerdo con la prueba.
No sabemos si esta petición será atendida y servirá de algo, a juzgar por el número de firmas que ha recibido hasta el momento (casi 4.500), se puede deducir que no prosperará, pero es que seguramente es un tema que muchos ciudadanos desconocen. Podéis obtener todos los detalles de la iniciativa puesta en marcha por la organización de consumidores, así como las explicaciones de por qué considera que esta prueba es un fraude, a través de este artículo publicado en su página oficial.
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