Las carnes son muy fáciles de acompañar con una salsa o una guarnición, pero a veces se quiere elaborar algo especial para que los comensales disfruten de un plato diferente, pues si nos centramos en las salsas, los clásicos los suelen conocer todos, y a lo peor los consumen comprando las salsas preparadas, que las hay muy buenas, pero nunca serán como las recién hechas con productos frescos.
Hoy os traemos la receta de una salsa para acompañar carnes que difícilmente conocerán vuestros invitados y que seguramente gustará a todos, es una sencilla salsa de frutos secos, pero está deliciosa. Además, se pueden hacer algunas variantes, pero aquí tenéis una receta básica que podréis redondear a vuestro gusto, que se suma a este recetario de salsas para carnes que ya conocéis.
En este caso utilizamos nueces, avellanas y almendras, además de un buen caldo de carne casero, intenso en sabor, que va muy bien para acompañar un redondo de ternera al horno, un solomillo a la parrilla, unos tournedós de cordero… si queréis acompañar un pollo o un pavo asado, quizá en lugar de caldo de carne podéis utilizar un caldo de ave. Y si os apetece darle un punto dulzón, no dudéis en añadir a la salsa unas uvas o unas ciruelas pasas. Esperamos que esta salsa de frutos secos para carnes sea el complemento ideal para vuestro plato principal en Navidad o en cualquier otra ocasión.
Ingredientes (450 gramos de salsa aprox.)
1 chalota, 15 gramos de harina, 375-400 gramos de caldo de carne (o de pollo), 50 gramos de nueces, 50 gramos de avellanas, 50 gramos de almendras, c/n de sal, c/n de aceite de oliva virgen extra (o mantequilla), 1 c/c aprox. de mezcla de cinco pimientas.
Elaboración
Pela la chalota y pícala en rodajas finas, prepara la harina y los frutos secos. Empieza tostando los que tengas crudos, normalmente las avellanas si se compran sin cáscara ya están tostadas, pero las almendras es preferible elegir unas Marcona (o similar) y tostarlas antes de hacer la salsa, sólo hay que ponerlas en una sartén sin engrasar a temperatura media e ir moviéndolas de vez en cuando. Las nueces una vez peladas también se pueden tostar para que su fina piel no amargue.
Pon una sartén o una cazuela baja a calentar con un generoso chorro de aceite de oliva virgen extra e incorpora la chalota y una pizca de sal, pocha a fuego lento. Cuando esté tierna, incorpora la harina y tuéstala, moviéndola con la cuchara de madera (o una espátula) para que no se pegue, aunque se hagan grumos. Si es necesario añade un poco más de aceite de oliva virgen extra (o mantequilla, proporciona un sabor más dulzón y al tostarse recuerda a los frutos secos).
Cuando la harina ya no esté cruda, moja con el caldo, añade la pimienta recién molida, sube el fuego y bate con unas varillas manuales o la cuchara de madera. Lleva a ebullición, y baja a fuego, cuece durante dos o tres minutos moviendo de vez en cuando. Entonces incorpora los frutos secos tostados y deja cocer otros cuatro o cinco minutos.
Pasa la preparación al vaso de la batidora para triturar, sin que quede una salsa demasiado fina, pues parte de la gracia está en la rusticidad de los frutos secos que dejan pequeños gránulos que al comer se mezclarán con la carne. Pero si se prefiere una salsa bien fina se puede triturar con Themomix o un procesador potente. Prueba la salsa de frutos secos para rectificar de sal o pimienta antes de servir.
Si preparas la salsa con antelación, después puedes calentarla suavemente y moviéndola de vez en cuando en un cazo o al baño maría. Si queda demasiado espesa puedes añadir un poco más de caldo, y si quieres que quede más cremosa añade un poco de nata, entonces lleva a ebullición antes de servir la salsa.
Abreviaturas
c/s = Cuchara sopera
c/p = Cuchara de postre
c/c = Cuchara de café
c/n = Cantidad necesaria
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