Si nos preguntamos cuántos consumidores leen las etiquetas de los alimentos, la respuesta podría ser: depende de quién (y a quién) haga la encuesta, pero bueno, la cifra está entre el 80 y el 90%, según dos de los últimos trabajos que hemos conocido y que han realizado la Consultoría Berbés Asociados y el Centro Tecnológico Ainia respectivamente.
Con motivo de la entrada en vigor del nuevo Reglamento (UE) nº 1169/2011 el pasado mes de diciembre, sobre la información alimentaria facilitada al consumidor y que tiene el objetivo de dar información objetiva, clara, comprensible y veraz, sobre todos los alimentos que se comercializan en la Unión Europea, son varias las encuestas e investigaciones que se están realizando, entre otras cosas, para conocer si se está haciendo correctamente por parte de los fabricantes y si está siendo útil para los consumidores.
A principios de esta semana la mencionada consultora publicaba los resultados de su breve encuesta. Berbés Asociados, junto IMOP, instituto de investigación, marketing y opinión pública, se han basado en una entrevista telefónica realizada del 27 de abril al 3 de mayo de 2015 a 754 personas mayores de 14 años de la península, Canarias y Baleares, para concluir que alrededor del 19% de la población española no lee las etiquetas de los alimentos que consumen.
Según leemos aquí, han querido buscar respuesta a si las reclamaciones de algunas asociaciones de consumidores, que solicitaban aún más información sobre las grasas trans o el país de origen, por ejemplo, coincide con la necesidad o demanda de la población española. También han pedido la opinión sobre el nuevo etiquetado, si encuentran necesaria otra información no especificada, si leen y prestan atención a lo que indican las etiquetas de los alimentos…
Del resultado antes indicado, hay mucha diferencia según la edad del encuestado, sólo un 9% de los consumidores de entre 25 y 34 años no leen las etiquetas de los alimentos, mientras que entre los consumidores de entre 55 y 64 años, son un 25% los que hacen caso omiso a esta información.
Más datos de esta encuesta, un 28% de los consumidores que sí leen las etiquetas en el momento de la compra están de acuerdo con el nuevo etiquetado, un 14% solicita mayor visibilidad, un 9% más información sobre los posibles alérgenos de los productos, un 9% mejor visibilidad de la fecha de producción y de caducidad, un 7% más información sobre la composición del producto, los ingredientes y los conservantes, el mismo porcentaje de personas demanda información sobre el origen.
Sólo un 6% de los encuestados afirman que debe mejorar la información sobre los valores nutricionales y un porcentaje inferior (no especificado) solicita información sobre grasas trans, transgénicos y proceso de fabricación. No sorprenderá el interés por el etiquetado de transgénicos si recordamos la noticia que compartíamos en breve sobre los estadounidenses, a quienes les preocupan más los productos químicos en los alimentos que los transgénicos.
Fue en marzo cuando el Centro Tecnológico Ainia publicó los datos obtenidos por su departamento especializado en el estudio del comportamiento del consumidor, Consumolab, para conocer qué piensa el consumidor sobre el nuevo etiquetado de alimentos. La encuesta se realizó el pasado mes de febrero a 2.500 consumidores de todo el ámbito nacional y de diversos segmentos de edad, y concluyó con que el 90% de los encuestados leen las etiquetas en el momento de compra, de ellos, un 65% afirma leerlas siempre y un 25% si se trata de un producto nuevo, si es la primera vez que se compra o según el tipo de alimento, lácteo, infantil, producto preparado, etc.).
A estos datos añaden que el 100% de las personas que tienen condicionada su alimentación por algún factor concreto como una alergia, alguna patología o una dieta especial, por ejemplo, leen las etiquetas de los alimentos. Parece bastante evidente y normal.
Quizá hay quien mira la etiqueta sólo para conocer a fecha de caducidad o de consumo preferente, pues según esta encuesta es la información en la que más se fijan los consumidores, además de los ingredientes y la información nutricional. Parece que está sujeto a evitar el desperdicio de alimentos, teniendo la certeza de que el producto se va a consumir dentro de los márgenes establecidos, y a cuidar la alimentación sea por controlar el peso o por salud.
Según Consumolab, lo que menos interesa a los consumidores es conocer el país de origen, el fabricante y los alérgenos (esto último entre los consumidores que no tienen problemas de alergias o intolerancias, claro). Y sobre la percepción de los cambios en el etiquetado desde la entrada en vigor del nuevo reglamento, un 61% afirman no haber percibido los cambios, el 39% restante declara encontrar información más clara.
A pesar de todo, sigue habiendo consumidores que afirman no entender el etiquetado, no comprender la lista de ingredientes, que la letra es muy pequeña o prácticamente ilegible, y que no se indica claramente el origen de los productos. Claro, esto es así cuando no interesa, recordemos la cantidad de fraudes que se han realizado confundiendo al consumidor, no es lo mismo decir que el producto está envasado en Navarra, a decir que el producto está cultivado en Navarra, por poner el conocido ejemplo de los espárragos. Si queréis conocer más detalles y cifras del estudio de Consumolab, podéis acceder a este enlace.
Nos encantaría poder hacer una encuesta similar entre todos vosotros, podríamos tener respuesta de miles de consumidores. ¿Os gustaría participar?, ¿os parece una información relevante?, si sois de los que leen las etiquetas, ¿animáis a que lo hagan los demás?, ¿conocer este tipo de estudios hace que pongáis más interés en los alimentos que compráis, o necesitáis una alerta de fraude o contaminación?, ¿qué información encontráis a faltar en el etiquetado actual?
Foto | Fruitnet
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