Según los resultados de una investigación realizada por Foodwatch Holanda, el 70% de los productos alimenticios de un supermercado son ultraprocesados, se trata de preparaciones industriales comestibles que incorporan una larga lista de ingredientes, que han sido sometidos a procesos como la hidrólisis de las proteínas, la hidrogenación, la refinación y extrusión de harinas, etc. Destacan por contar con un elevado número de aditivos como colorantes, conservantes, emulsionantes, saborizantes… a esto hay que sumar que integran materias primas refinadas, como el aceite vegetal o la harina, y además tienen un elevado contenido en azúcar, grasas saturadas y sal. Son ‘alimentos’ que tienen la finalidad de reemplazar a las comidas frescas y a los platos recién elaborados.
Por todo ello, en el segmento de los alimentos ultraprocesados encontramos, sobre todo, productos poco saludables, snacks, refrescos, bollería industrial, cereales refinados, preparados lácteos, barritas energéticas y comidas preparadas, entre muchos otros. El consumo regular de estos productos alimenticios se asocia a problemas y enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2, algunas formas de cáncer, enfermedades cardiovasculares, etc. Lamentablemente este tipo de alimentos se ha convertido en una parte importante en el abastecimiento de comida en Occidente y lo demuestra el hecho de que su presencia es mayoritaria en los supermercados.
Anteriormente hemos conocido otras investigaciones de Foodwatch Holanda, como la presentada a principios de año, en la que se concluía que hasta un 56% de los productos alimenticios de un supermercado contienen azúcares añadidos, incluso productos como las conservas de verduras, algunas de ellas supuestamente ecológicas, de ello hablábamos aquí. También merece la pena destacar el estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Illinois (Estados Unidos), en el que se concluía que los supermercados son la principal fuente de comida basura, todos estos datos no hacen más que evidenciar que lo que más se comercializa en estos centros son productos alimenticios poco saludables, más económicos y que, lamentablemente, gustan mucho por contar con aditivos que estimulan el apetito.
Foodwatch denuncia que los productos ultraprocesados (poco (o nada) saludables) dominan las estanterías de los supermercados, y aunque habla de los supermercados de los Países Bajos, los datos se pueden trasladar a otros países europeos. En la investigación se recogieron 651 productos alimenticios de tres de las cadenas de supermercados más importantes del país, Jumbo, Lidl y Albert Heijn. Estos productos se dividieron en cuatro categorías, alimentos crudos o ligeramente procesados como verduras, frutas, huevos o leche, ingredientes procesados como aceites o sal, alimentos procesados como las conservas, embutidos, panes y bollería, y alimentos altamente procesados como los cereales para el desayuno, las patatas chips, las sopas instantáneas, postres o platos preparados, etc.
Tras el análisis se determinó que 459 de los 651 productos analizados, lo que supone un 70’5% de la muestra, se enmarcaban en la categoría de alimentos ultraprocesados o altamente procesados, en la categoría de alimentos frescos se incluyeron 106 productos (16%), en la categoría de alimentos procesados 67 productos (10%) y los 19 restantes (3%) se enmarcaron en la categoría de ingredientes procesados. Foodwatch destaca la notable presencia de azúcar en los alimentos altamente procesados (en 350 de los 459 productos), se puede encontrar en todo tipo de productos y preparaciones, algunas no harían sospechar a muchos consumidores que lo contienen, por ejemplo las ensaladas preparadas o las empanadillas de pescado, entre otros. Por otro lado, hasta el 69% de los alimentos altamente procesados del estudio (315) contenían elevadas cantidades de sal. En definitiva, el 93% de estos productos (429 de los 459) contenían exceso de azúcar o sal.
La organización holandesa recuerda que el consumo regular de alimentos ultraprocesados puede provocar diferentes problemas de salud, algo lógico teniendo en cuenta que tienen un elevado contenido en grasas saturadas, azúcares y sal, son bajos en nutrientes como vitaminas y minerales, el contenido en fibra dietética es reducido, su densidad energética es elevada y aportan un gran número de calorías vacías. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre la asociación existente entre los alimentos altamente procesados y las enfermedades antes comentadas, también lo hacen el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), otras organizaciones dedicadas a la salud, numerosos investigadores e incluso las agencias reguladoras gubernamentales. Advierten sobre los peligros del abuso de estos productos, pero los Gobiernos prácticamente no hacen nada al respecto, se siguen comercializando de forma legal como se comercializa el tabaco a pesar de que sea un producto peligroso.
En definitiva, 7 de cada 10 productos que encontramos en el supermercado están enmarcados en la categoría de altamente procesados, y los productos frescos no procesados tienen muy poca presencia. Al respecto, merece la pena recordar que muchos consumidores creen que la industria alimentaria tiene la responsabilidad de ofrecer productos para llevar una dieta saludable, pero como vemos, esa responsabilidad es inexistente y así se muestra en la investigación realizada por Foodwatch. Por otro lado, los resultados demuestran que el llamamiento realizado por la organización FoodDrinkEurope (FDE), representante de los intereses de la industria alimentaria en la Unión Europea, es papel mojado. Esta organización llamaba a la acción al sector para que contribuyera a mejorar la dieta de la población, promoviendo la nutrición de calidad y el estilo de vida saludable, son palabras que sin un respaldo de hechos, no sirven nada más que para confundir a los consumidores.
A través de este artículo publicado en la página oficial de Foodwatch Holanda podréis conocer más detalles de la investigación.
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