Ayer se daba a conocer que la Mesa Redonda del Aceite de Palma Sostenible (RSPO), organización cuyo cometido es auditar a las empresas que lo deseen para poder recibir el Certificado Aceite de Palma Sostenible (CSPO), había procedido a la suspensión de Nestlé por no haber presentado durante dos años seguidos los correspondientes informes sobre los esfuerzos realizados para promover el uso sostenible del aceite de palma. Como consecuencia, Nestlé no podrá seguir siendo miembro de la RSPO y tampoco podrá seguir utilizando el mencionado certificado.
De todos modos, se ha otorgado un periodo de gracia que concede a Nestlé 30 días para presentar toda la documentación, antes de que el Certificado Aceite de Palma Sostenible, la licencia comercial y de marcas comerciales dejen de ser válidas. A esto hay que añadir que también se ha suspendido la certificación de la cadena de suministro de sus instalaciones que, en teoría,deben ser renovadas en noviembre de este año y en septiembre del próximo año. Se revoca el derecho a voto de la compañía en las Asambleas Generales de la RSPO, y no se le permite unirse a ningún grupo de trabajo de la RSPO.
La Mesa Redonda del Aceite de Palma Sostenible a pedido a Nestlé que cumpla al completo con sus obligaciones y que se comprometa con los estatutos de la RSPO y su código de conducta antes del 20 de julio. La suspensión sólo se podrá levantar y se podrá restablecer la certificación, cuando la RSPO esté satisfecha con los esfuerzos realizados por Nestlé en el cumplimiento de lo antes indicado. De mantener esta actitud, Nestlé se enfrenta a la finalización del certificado y su participación en la Mesa del Aceite de Palma, esto sorprende, sobre todo sabiendo que la compañía ha sido una de las más críticas con aquellas empresas que no se adherían a las cláusulas establecidas por la RSPO, por lo que se puede decir que no predicaba con el ejemplo.
Anteriormente ya se han producido suspensiones, en el año 2016 se procedió a la suspensión de IOI Malasia, una de las compañías proveedoras de aceite de palma y fundadoras de la RSPO, Nestlé, Kellogg’s, Unilever y Mars, se apresuraron a dejar de trabajar con esta compañía tras la suspensión, ya que no había cumplido con las normas de la Mesa Redonda del Aceite de Palma Sostenible. Nestlé explicaba que dejaba de abastecerse con el aceite de IOI Malasia por sus dudosas actividades y falta de compromiso, posteriormente la compañía malasia logró recuperar al cabo de cuatro meses la certificación y retomó la actividad con las empresas alimentarias citadas.
Por cierto, merece la pena recordar que a principios de año, Unilever dio a conocer públicamente su cadena de suministro de aceite de palma con el propósito de aumentar la transparencia y la trazabilidad a fin de poder hacer frente a problemas como la deforestación o los abusos de los derechos humanos. El siguiente paso de esta compañía es tratar el proceso de refinado, la presencia de contaminantes considerados cancerígenos en el aceite, y si existe, un plan para evitar que se generen o para eliminarlos. La RSPO felicitó a Unilever por la iniciativa, considerando que la transparencia y la trazabilidad son los primeros de muchos pasos que se han de dar hacia una cadena de suministro sostenible.
Se informa también que Nestlé no ha pagado una cuota de miembro de la mesa del aceite de palma, cuyo importe asciende a 2.000 euros, siendo otra violación más de los estatutos de la RSPO, pero lo cierto es que este es un motivo de poco peso, ¿que son 2.000 euros para una compañía como Nestlé? Lo que sí importa es el principal motivo de la suspensión, no informar sobre los avances realizados en los dos últimos años sobre los esfuerzos realizados para promover el uso sostenible del aceite de palma.
Parece ser que se han proporcionado a la compañía varias oportunidades para presentar los documentos de los dos últimos años, según los estatutos de la RSPO, si no se presentan los informes sobre el progreso realizado durante dos años seguidos, la compañía afectada se enfrenta a la suspensión, si además pasa un tercer año sin cambios, se procede a la eliminación como miembro. Recordemos que en estos informes se deben explicar los pasos que se han dado a lo largo del año y los pasos previstos para el próximo año sobre la producción o adquisición de aceite de palma certificado como sostenible, de todo esto podéis conocer más detalles a través de la página oficial de la RSPO.
Ahora Nestlé prueba su propia medicina, resulta curioso que haya estado exigiendo a otras compañías mientras que no ha cumplido con las obligaciones RSPO durante dos años. La organización solicita a Nestlé que cumpla y se comprometa plenamente con los Estatutos de la RSPO y su Código de Conducta antes del 20 de julio de 2018, apuntando que una vez que la organización esté satisfecha con lo exigido, se levantará la suspensión y se restablecerá la certificación.
Al margen de toda esta información, merece la pena dar un vistazo a esta investigación realizada por Greenpeace en la que se denuncia que Wilmar International, un proveedor de aceite de palma de Mars, Nestlé, PepsiCo y Unilever, ha seguido destruyendo selvas tropicales entre el año 2015 y 2017, concretamente una extensión que ocupa casi la mitad del tamaño de París, eso después de haberse comprometido a detener la forestación hace unos cinco años. Esto nos hace pensar que la Mesa Redonda del Aceite de Palma Sostenible no funciona correctamente y no cumple con los objetivos establecidos, ¿quizá es una puesta en escena de cara al público?
Podéis conocer más detalles de la Mesa Redonda del Aceite de Palma Sostenible que suspende a Nestlé a través de este comunicado publicado en la página web de la RSPO.
Foto 1 | MONUSCO
Foto 2 | oneVillage Initiative
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