Según las conclusiones de un estudio desarrollado por expertos de la Universidad de Vermont, informar a los consumidores sobre los productos alimentarios modificados genéticamente, mejora la actitud que tienen ante este tipo de productos, lo que pone fin a la creencia de que las etiquetas que identifican los productos transgénicos son vistas como una señal de advertencia o alarma que provocaría que se evitara comprar este tipo de alimentos, algo que han mantenido muchas empresas que estaban en contra de utilizar este etiquetado.
Este no es el primer estudio que se ha realizado sobre el tema, recordemos que en el año 2015 otra investigación realizada por expertos de la misma universidad, antes de que se aprobase la ley del etiquetado de los alimentos transgénicos de Vermont, concluía que este etiquetado no tendría impacto alguno en la oposición de los consumidores a estos productos, indicando que sería lo contrario, que incluso aumentaría la confianza en la tecnología de la modificación genética de los alimentos por parte de ciertos grupos de consumidores. En este nuevo estudio realizado después de la aprobación de la ley de Vermont y su posterior derogación por la Ley Federal del etiquetado transgénico, se concluye que el etiquetado de los productos transgénicos reduce la oposición a estos alimentos.
Como sabemos, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos está preparando las directrices para etiquetar los productos que contienen ingredientes genéticamente modificados, de hecho, recientemente presentó un borrador con los posibles logotipos que se podrían utilizar en el etiquetado, logotipos que han sido criticados porque imitan, en cierto modo, a los que se utilizan para identificar los alimentos que no contienen materias primas transgénicas. Se podría decir que los resultados del nuevo estudio pretenden convencer de que proporcionar información correcta y que no dé lugar a error sobre los transgénicos, podría ser algo que beneficiaría a este tipo de productos ya que los consumidores tendrían una mejor actitud hacia ellos.
En la investigación se comparó el nivel de oposición de los consumidores a los alimentos transgénicos en Vermont, con la actitud de los consumidores del resto de estados de Estados Unidos. El análisis mostró que la oposición a estos alimentos cayó en un 19% en Vermont en comparación con el resto del país, tras la implementación del etiquetado obligatorio. La investigación es la primera que se realiza para analizar el impacto real de la actitud de los consumidores ante los alimentos modificados genéticamente en un estado donde se procedía a su etiquetado. Los expertos comentan que el hecho de informar no va a asustar a los consumidores y no evitarán estos productos, al contrario, la mayor transparencia es algo que se agradece y proporciona mayor confianza.
Los resultados de esta investigación proporcionan una nueva evidencia que llega en un momento oportuno en el que existe un debate a nivel nacional sobre el impacto que tienen las políticas del etiquetado transgénico obligatorio en los consumidores. Son varios los estudios que demuestran que se quiere saber acerca de los alimentos que se consumen, un derecho al que se han estado oponiendo algunas organizaciones científicas y empresas alimentarias y biotecnológicas, utilizando como uno de los principales argumentos que la etiqueta era una señal de advertencia y peligro, algo que no tiene sentido si, como argumentan los opositores a la medida, se han realizado muchos estudios que demuestran que los alimentos modificados genéticamente son seguros, ¿por qué oponerse si no hay razones para preocuparse?
La oposición a los transgénicos en Vermont se ha seguido desde el año 2003, los expertos comentan que resulta llamativo que esta oposición se redujera al instaurar el etiquetado, algo que se explica sólo por el aumento de la confianza gracias a la transparencia informativa y a permitir que los consumidores decidan con conocimiento si quieren o no consumir este tipo de alimentos. Lamentablemente las reglamentaciones nacionales de etiquetado transgénico tienen una transparencia informativa limitada, se pretende proporcionar la información sobre estos alimentos a través de distintos canales, mediante códigos de barras, texto, códigos QR, símbolos, enlaces digitales o un teléfono de atención al cliente. Muchas de estas opciones informativas no suelen ser utilizadas por la mayoría de los consumidores, de este modo se evita colocar en las etiquetas alimentarias el mensaje ‘materias primas transgénicas’, un error para muchos.
Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página web de la Universidad de Vermont, y en este otro publicado en la revista científica Science Advances.
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