Hemos conocido un curioso servicio de venta de vinos ofrecido por Vinome (vino + genoma), en el que se ofrecen vinos adaptados al perfil genético de los compradores. Con este sistema se pretende garantizar que el vino que se elija satisfaga plenamente al comprador, procurando que al comprar vinos que no se han probado antes, no terminen siendo un fiasco para el paladar.
Vinome garantiza ofrecer los mejores vinos adaptados al gusto de cada persona basándose en el perfil de sabor según el ADN, su servicio se inicia con el envío de un kit para la recogida de muestras de ADN a través de la saliva, el comprador también debe contestar a una serie de preguntas sobre las preferencias de sabor, si le gusta el olor a hierba recién cortada, el sabor de los melocotones, el café endulzado, las moras, las setas, el café sin azúcar, los sabores salados, las preferencias sobre diferentes tipos de queso, brie, gorgonzola, provolone, parmesano, etc. También se realizan otras preguntas como el nivel de consumo, si es aficionado al mundo del vino, si le gusta descubrir nuevos sabores y si el vino está destinado a un hombre o una mujer.
La empresa analiza en su laboratorio el material genético que, junto a las respuestas obtenidas en la encuesta, configurarán el perfil de sabor. Una vez obtenida la información, se seleccionan los vinos adaptados a los resultados para enviarlos al comprador, la empresa asegura que el porcentaje de aceptación es elevado, logrando que los clientes disfruten plenamente del sabor y características del vino recibido.
Vinome explica que el paladar se define por los sentidos del gusto y el olfato, a su vez, éstos están definidos en gran medida por la genética, comentan que hay más de 400 genes que codifican las células de la lengua y la nariz (receptores), éstas permiten distinguir y diferenciar entre los diferentes gustos y olores. Pequeñas variaciones en el código genético pueden dar lugar a grandes cambios en la configuración del gusto y el olfato, lo que explica los gustos particulares de cada persona.
Los investigadores de la empresa han realizado cientos de estudios para poder aislar esas variaciones del ADN que están relacionadas con el gusto y el olfato, y los responsables de Vinome comentan que han realizado pruebas con cientos de personas para determinar si funciona su método de elección de vinos según el mapa genético de cada persona. Los resultados obtenidos muestran que una simple prueba genética, ayuda a determinar qué vinos serán del agrado del comprador, evidentemente se pueden producir errores, de ahí que se valoren los comentarios que ofrecerán los compradores sobre los vinos probados, para afinar el sistema con el que trabaja esta empresa.
Los vinos seleccionados son de pequeñas bodegas californianas, no se van a poder encontrar en una tienda de vinos, claro, con esto se garantizan que el que quiera determinados vinos, tenga que adquirirlos a la empresa. Ofrecen además recetas de cocina ideales para combinar con los vinos, platos que han sido elaborados por chefs reconocidos (aunque no dicen quiénes son).
La experiencia personalizada que ofrece Vinome no es barata, la prueba genética corre a cargo del comprador y tiene un coste de 199 dólares (unos 181 euros), cada botella de vino cuesta unos 65 dólares (unos 59 euros) y además la compra mínima es de tres botellas. El precio es elevado y posiblemente muchos consumidores prefieran aventurarse y descubrir qué vinos les gustan más o menos comprándolos y eligiéndolos personalmente. Por supuesto, algunos expertos genetistas critican el sistema de esta empresa, asegurando que el procedimiento tiene poca validez, posiblemente la mayor parte de la información se obtenga del cuestionario que debe cumplimentar quien solicita los servicios de Vinome. Los críticos comentan que no se conoce tanto la genética del gusto como para ofrecer un servicio preciso y efectivo como el que ofrece esta empresa de vinos.
De todos modos, siempre habrá quien no quiera perder el sistema tradicional a la hora de elegir un vino, viendo y palpando las botellas y sus etiquetas, valorando la variedad de uva con la que se ha elaborado, la zona de la que procede, eligiendo, catando… de este modo se aprende más sobre vinos. En cualquier caso, lo que ofrece la empresa es algo que no está al alcance de todos y además limita a sus usuarios, presumiblemente satisface el gusto, únicamente. Podéis conocer todos los detalles de la venta de vinos adaptados al perfil genético a través de la página oficial de Vinome.
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