A principios de noviembre, la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos) puso en marcha esta iniciativa que sorprendía a los estadounidenses, solicitaba comentarios sobre el uso del término “natural” en las etiquetas alimentarias. Se trataba de un cuestionario en el que se pedían respuestas concretas a varias preguntas, como si es conveniente definir el término ‘natural’, y si es así, cómo se debe definir y cómo se debe determinar el uso apropiado en las etiquetas alimentarias, entre otras cuestiones.
Posteriormente se amplió el periodo de comentarios debido a la gran respuesta recibida y a las solicitudes remitidas por la Grocery Manufacturers Association (Asociación de Fabricantes de Alimentos) y el North American Meat Institute (Instituto de la carne de América del Norte), dada la complejidad del tema. Pues bien, ya ha finalizado el periodo de comentarios de la FDA sobre el uso del término “natural” en los alimentos, el número de comentarios recibidos se ha elevado notablemente y de ellos se desprenden algunas conclusiones.
Muchos comentarios han sido realizados por consumidores que quieren saber el significado de “natural” en los alimentos, en ellos se hace alusión a productos químicos, artificiales o procesados, indicando que estos no pueden contener en el envase el mensaje de natural. Se considera que el término se debe utilizar solamente en aquellos alimentos que no han sido procesados de ningún modo, salvo por la cocción. Algunos argumentan que natural procede de naturaleza y no debe haber sufrido alteración química alguna en laboratorios. Otros comentan que si son vegetarianos, quieren saber si el término ‘natural’ corresponde a la categoría vegetal o animal en las etiquetas alimentarias.
Leyendo los comentarios se puede apreciar que existe gran confusión entre los consumidores a la hora de hablar de la composición de los alimentos, saber a partir de qué productos se elaboran, consideran que ecológico y natural tienen un significado similar, otros creen que natural y saludable son sinónimos, etc. Se repite mucho en los comentarios “productos químicos”, “artificial” y “procesados”, términos que según la FDA son casi tan complicados de definir como “natural”.
Algunos comentaríos solucionan rápidamente el problema, argumentan que bastaría con prohibir el uso de ‘natural’ en cualquier producto que contenga químicos, pero esta es una observación errónea que posiblemente provocará que expertos e investigadores esbocen una sonrisa burlona. El trasfondo de este tipo de comentarios se genera por la falta de conocimiento y porque estas personas han sido influenciadas por otras que consideran las afirmaciones antes mencionadas como una gran verdad.
Claro, que la industria también ofrece argumentos que favorecen sus intereses, algunas empresas consideran que la FDA debe admitir el uso del término ‘natural’ en los alimentos que se han producido con el uso de la biotecnología. La Grocery Manufacturers Association (GMA), Asociación de Fabricantes de Alimentos a la que pertenecen compañías como PepsiCo, BASF, Bayer Cropscience, Dow Agrosciences, Nestlé, Coca Cola, etc., propone tres niveles en el uso del término ‘natural’, “100% natural”, “natural” y “elaborado con productos naturales”. Considera que el enriquecimiento de un alimento con nutrientes no debe afectar la capacidad para que un alimento se considere natural.
La GMA argumenta que las prácticas agrícolas, el uso de las semillas transgénicas y la crianza de animales, no deben tener nada que ver con el estado “natural” de un ingrediente o alimento. Por otro lado, considerar que esto es una distinción clave frente a las declaraciones ecológicas, que se basan en la agricultura ecológica, el tipo de producción, los métodos de manipulación, es un error. Según esta asociación, el uso del término ‘natural’ debería basarse en el estado natural de las materias primas que se han utilizado para el procesamiento de los alimentos y la post-cosecha de los ingredientes.
Recordemos que en el año 2013 la GMA envió una carta a la FDA solicitando que se pudiera considerar a los alimentos transgénicos como alimentos naturales. Hasta la fecha, parece que la FDA se ha basado en el principio de equivalencia sustancial, es decir, un alimento modificado genéticamente es seguro cuando es equivalente en composición y características nutricionales a un alimento tradicional. Por ello, se ha aceptado que las empresas trabajasen con materias primas transgénicas y en los envases alimentarios se pudiera incluir la leyenda 100% natural, algo en lo que no han estado de acuerdo muchas asociaciones medioambientales, grupos de consumidores o asociaciones de empresas ecológicas.
Empresas y consumidores se pronuncian según sus intereses y convicciones, el volumen de comentarios demuestra que no sólo es necesario definir el término natural, también se debe reglamentar su uso y definir otras cuestiones que son percibidas erróneamente. Algunas organizaciones consideran que con la formalización de la definición se podrá eliminar la confusión existente y fomentar el uso de ingredientes innovadores. En definitiva, la FDA tiene mucho trabajo por hacer, aunque no le costará mucho desestimar esos comentarios que no aportan nada, a continuación os transcribimos algunos ejemplos:
La comida hecha por Dios es natural. La comida hecha por una empresa química en un laboratorio no es natural.
Si un producto alimenticio para los seres humanos se presenta en una caja o paquete y cualquiera de los ingredientes que integra han sido procesados, el término “natural” nunca debería utilizarse.
El término natural no significa nada y no se debería permitir su uso en ningún envase alimentario. Toda la comida es química, y toda la preparación de los alimentos es la química. El término ‘natural’, es simplemente para aumentar la comercialización.
Merece la pena leer este artículo de Food Navigator sobre el tema, conocer los comentarios de las grandes empresas y asociaciones, y dar un vistazo al listado de comentarios publicados en la página de la FDA, para darse cuenta de la complejidad del tema y del problema de las percepciones erróneas, la falta de conocimiento, los intereses creados, etc. Teniendo en cuenta que la FDA tardó nada menos que nueve años en definir los requisitos que se deben cumplir en el etiquetado que porta mensajes como “libre de gluten”, nos podemos imaginar cuánto tardará en definir el término ‘natural’ en los alimentos.
Foto 1 | Rob Bertholf
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