A finales del año pasado y tras una larga espera, la Comisión Europea presentó el informe sobre las grasas trans en los alimentos, en este escrito se recomendaba poner en marcha una legislación que limitara el contenido de grasas trans a dos gramos por cada 100 gramos de grasa, en todos los países de la Unión Europea. Han pasado varios meses y, hasta la fecha, no se ha puesto en marcha una medida legislativa que regule el tema.
Hoy podemos saber que los miembros de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI) han votado un proyecto de resolución legislativa que tiene el objetivo de establecer los límites legales del uso de grasas trans en los alimentos. El Parlamento Europeo considera que existe una falta de concienciación por parte de los consumidores sobre lo perjudiciales que resultan los ácidos grasos trans, esto hace que sea necesario instaurar un etiquetado obligatorio a fin de reducir el consumo de este tipo de grasas entre los consumidores europeos.
Por esta razón, se solicita a la Comisión Europea que proponga cuanto antes los límites máximos permitidos para reducir el consumo de grasas trans en todos los segmentos poblacionales. De acuerdo que la CE, como ya hemos comentado, presentó un informe con las recomendaciones oportunas, pero ahora debe proponer la legislación correspondiente. Por otro lado, se solicita a la Comisión Europea que trabaje conjuntamente con los Estados miembros para impulsar el conocimiento nutricional en la UE, colaborando además con la industria para promover la reformulación saludable de los productos.
La CE parece que esté dando largas al asunto, una vez presentado el informe tras recibir muchas presiones y críticas por su tardanza, debería haber presentado el proyecto legislativo correspondiente, sin embargo, de nuevo se le debe presionar para que plantee una propuesta. La propia CE apuntó en su momento que la limitación obligada por ley sería beneficiosa tanto para el consumidor como para la industria, pero como vemos, sigue sin mover ficha y no se conocen cuáles son las razones de esta actitud. Dinamarca, Austria, Hungría y Letonia han legislado por su cuenta sobre el tema, otros han expresado su voluntad de poner en marcha una ley que limite el uso de las grasas trans en los alimentos.
Que la CE no trabaje en este tema y haya realizado una propuesta legislativa en firme sobre las grasas trans en la Unión Europea, provoca la creación de legislaciones distintas que conducen a un mercado comunitario en riesgo de estar cada vez más fragmentado. Los miembros del EMVI recuerdan a la Comisión Europea que la limitación del contenido de ácidos grasos trans en los alimentos en un máximo de dos gramos por cada 100 gramos de grasa, puesta en marcha en el año 2003 por Dinamarca, fue una medida acertada ya que se logró reducir significativamente el número de muertes causadas por las enfermedades cardiovasculares.
El proyecto de resolución legislativa ha sido aprobado, ahora se considerará la aprobación por el Parlamento Europeo el próximo mes de octubre, el siguiente paso será instar a la CE a que tenga en cuenta este proyecto y que ponga en marcha de una vez los mecanismos oportunos para legislar sobre ello. La BEUC, organización que representa y defiende los intereses y derechos de los consumidores europeos, considera que en realidad no se deberían implantar límites y que la tolerancia a las grasas trans artificiales debería ser cero, ya que aunque sea en muy pequeñas cantidades contribuyen a incrementar el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
Desde la BEUC explican que se han realizado grandes esfuerzos para reducir y limitar las grasas trans de forma voluntaria, sobre todo en Europa Oriental, pero aunque se habla de establecer el límite a dos gramos por cada 100 gramos de grasa, todas las empresas deberían comprometerse y eliminar completamente este tipo de grasas en los alimentos que producen. Por otro lado, recuerda que en Europa del Este sigue siendo habitual encontrar alimentos con un alto contenido en grasas trans, de hecho las empresas que operan en esa parte de Europa no han realizado reducciones voluntarias. Recordemos que en países como Eslovenia, Polonia, Bulgaria, Suecia o Croacia, se han encontrado alimentos con un alto contenido en grasas trans, un ejemplo son unas palomitas de maíz con un contenido del 50% de grasas trans.
A través de este enlace (Pdf) podéis conocer el contenido del proyecto de resolución, y en la página oficial del Parlamento Europeo podréis conocer más detalles sobre la votación, la resolución y los siguientes pasos que se van a dar.
Foto | Allie Cooper
Foto 2 | Spin Spin
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