Hay un tipo de tarta de la que hoy os vamos a hablar aunque no tenemos la certeza de que la vayáis a poner en práctica. Con esto seguimos ampliando el diccionario culinario, y especialmente el pastelero, aunque más por curiosidad que por aprender una técnica, un estilo, una tendencia… Vamos a ver qué es un Smash Cake, en cuanto lo sepáis, a los que vais a ser padres o lo hayáis sido recientemente quizá os guste la idea, al resto es más fácil que os parezca una pena, o un desperdicio.
Hay que decir que la historia del smash cake no es muy larga, hay quien comenta que es una tradición que tiene unos diez años. En lo que sí hay consenso es en que es trata de un pastel que se hace para el primer cumpleaños de un bebé, es decir, cuando cumple un añito. Si se hace una fiesta con invitados, este pastel no debe ser el único, además del smash cake, que suele ser pequeño, se debe tener preparado un pastel más grande para que lo disfruten los adultos, del pequeño se encargará el bebé…
Pero ¿qué puede hacer un bebé de un año frente a un pastel? Pues como mínimo hundir las manos en él, agarrar trozos con las manos, acercar su boca para intentar morderlo… todo lo que se le ocurra y más, y es que de eso se trata, el smash cake, o pastel para aplastar, romper o hacer pedazos, es un juego de aprendizaje para el bebé, y una ‘atracción’ para los papás y el resto de familiares que se divierten viendo las reacciones del pequeño al tener algo tan rico como desconocido frente a sí.
Nunca se sabe cómo puede reaccionar un bebé cuando tiene delante suyo un pastel, algunos no le hacen ningún caso, otros no dudan en poner la mano encima, intentar agarrarlo como si fuera un peluche o una prenda de ropa, o acercar la boca para morder, hundiendo en la crema hasta su naricilla. Lo normal es inmortalizar este momento con fotografías y vídeos que se convierten en un bonito recuerdo para los padres, y que podrán mostrar a su hijo cuando haya crecido.
Por lo demás, no hay ninguna otra particularidad sobre el smash cake, puede ser un pastel normal, cubierto con frosting de cualquier color y sabor, con forma de personajes infantiles, con bizcocho o sobre todo con una crema muy ligera para que sea más fácil que el bebé lo destroce con sus manos… Lo que sí conviene es que los papás estén preparados para que después sea más fácil recoger y limpiar todo lo que se puede liar.
Por ejemplo, conviene utilizar un mantel de papel desechable, de este modo después sólo habrá que recogerlo y tirarlo a la basura. También Hay que prevenir accidentes, como los que se pueden dar si cae pastel al suelo y alguien resbala al pisarlo. A menudo lo que se hace es poner al bebé en el suelo sobre un mantel de papel, y de este modo se tienen dos soluciones en una.
Es importante tener en cuenta que el bebé se va a ensuciar, por lo que se le debe poner un gran babero tipo bata, como los que llevan mangas, y si es verano tal vez lo mejor es dejarle en pañales. Y no conviene que el pastel sea muy grande, el bebé se sorprenderá y experimentará igual si el pastel es muy pequeño, incluso hay quien le pone un llamativo cupcake.
Más importante es tener en cuenta que para que el bebé no sufra ningún daño el pastel no debe llevar nada con materiales plásticos o rígidos, ni adornos que puedan lastimarle, sea por contacto con las manos o porque se lo pueda llevar a la boca. Y sobre todo, no hay que olvidar tener la cámara en mano para captar los mejores momentos, aunque este consejo seguro que no hace falta, pues hoy en día, con los móviles los papás estamos haciendo fotos a nuestros pequeños constantemente, cuánto menos en su primer cumpleaños.
Foto | Jonathan Rivera
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