Hace unos días, la organización sin ánimo de lucro WRAP dio a conocer un informe sobre el desperdicio alimentario en el Reino Unido, las cifras fueron utilizadas por la cadena de supermercados Sainsbury’s con el propósito de llamar la atención sobre la magnitud y gravedad del problema, destacando que, a diario, los consumidores tiran a la basura 1’4 millones de bananas. Sin duda, se trata de una cifra muy llamativa, pero parece que no se trata de algo excepcional, ya que son muchos los productos alimentarios que están sujetos al desperdicio en cantidades ingentes.
Hoy es otra cadena de supermercados la que se hace eco de las cifras de este informe, destacando que se tiran 178 millones de bolsas de ensalada al año en el Reino Unido. Según los cálculos, el 40% de estas ensaladas de cuarta gama que los consumidores adquieren acaban en la basura, lo que supone un volumen de 37.000 toneladas anuales de alimentos que se desperdician. Parece evidente que este país merece el título que ostenta actualmente, el de ser uno de los países europeos que más alimentos tiran la basura.
Según el estudio independiente realizado por Tesco a partir de las cifras del informe de WRAP, los consumidores no siempre compran una bolsa de ensalada de cuarta gama con la intención de consumirla en el día en curso o al día siguiente, al no tener planificado su consumo, existe el riesgo de que se guarde en la nevera y se olvide el tiempo suficiente para que se degrade e irremediablemente acabe en la basura, recordemos que se trata de un alimento muy perecedero.
Hace un par de años se puso en marcha un programa con el propósito de descubrir las razones por las que se consumían tantas ensaladas preparadas, los resultados, sumados a los ofrecidos por el informe de WRAP, muestran la necesidad de trabajar para reducir el desperdicio de este producto. Parece ser que la intención es empezar a comercializar estas ensaladas en bolsas más resistentes que permitan ampliar un poco más la vida útil del producto, además integrarán un sistema de apertura y cierre, que no tienen las actuales bolsas de mezclum y otras hojas verdes, que una vez abiertas no se pueden cerrar.
El nuevo envase se ha desarrollado en colaboración con los productores que abastecen a la cadena inglesa, con él se espera reducir el enorme volumen de desperdicio generado por este alimento de cuarta gama, lo que supondrá evitar la pérdida de recursos y dinero. La iniciativa de las bolsas con sistema de apertura y cierre ha sido bien recibida por WRAP, que ha felicitado a la cadena por los esfuerzos que realiza para reducir el desperdicio alimentario, en esta página se pueden conocer todas las acciones que Tesco ha estado llevando a cabo con este cometido.
Detrás del enorme volumen de ensaladas preparadas desperdiciadas, hay una producción elevada de lechugas que contribuye a la liberación de gases de efecto invernadero, reducir el desperdicio supone reducir también la producción y por tanto, la reducción de las emisiones de estos gases. Según explican aquí, otros cadenas como Sainsbury, han puesto en marcha estrategias como la de reducir el tamaño de las raciones, de modo que quien quiera comer una ensalada preparada, no tenga que guardar parte de lo que queda en el envase para otra ocasión.
Este no es un problema exclusivo del Reino Unido, probablemente se produce en cualquier país de la Unión Europea aunque el volumen de desperdicio sea menor. A todos nos ha pasado alguna vez haber tenido que tirar parte del contenido de una bolsa de mezclum u otras hojas verdes, y no siempre por descuido, a veces sin darnos cuenta nos cuelan en el supermercado bolsas que ya deberían haber retirado u ofertado, de hecho, en algunos supermercados, cuando están a punto de caducar las venden más baratas e indicando que se deben consumir el mismo día.
Es bastante cómodo abrir una de estas bolsas listas para el consumo, pero no hay que olvidar que al guardar parte de su contenido en la nevera, no sólo incrementa el riesgo de desperdicio, también el de que se produzca una contaminación microbiana, en este caso por salmonella. Recordemos que en este estudio se demostraba que el jugo que desprenden las hojas de lechuga cortadas favorece el crecimiento de estas bacterias y su colonización. En cualquier caso, sería interesante que todos los fabricantes de ensaladas de cuarta gama incluyeran el sistema de cierre fácil y dotaran de mayor resistencia a las bolsas para una mejor preservación, aunque los consumidores que se preocupan realmente de los alimentos que compran, no tienen dudas a la hora de tirar la bolsa y guardar la ensalada sobrante en un recipiente apropiado.
Foto | manray3
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