El año pasado conocíamos un informe elaborado por la Beverage Marketing Corporation (Corporación de Comercialización de Bebidas) y la International Bottled Water Association (Asociación Internacional de Agua Embotellada), en el que se concluía que el consumo de agua embotellada había logrado superar por primera vez al consumo de refrescos y de cualquier otra bebida embotellada en Estados Unidos. Los responsables del estudio comentaban que se reflejaba una clara tendencia de cambio, algo que se confirma con el nuevo estudio que se ha presentado por las organizaciones mencionadas.
El agua embotellada es la bebida favorita en Estados Unidos por segundo año consecutivo, en 2017 su consumo per cápita superó los 159 litros, siendo un incremento significativo con respecto al año 2016 que situaba el consumo per cápita en 147’6 litros. El continuo aumento de las ventas de agua embotellada se debe a que los consumidores quieren opciones más saludables, de hecho, casi el 94% de los estadounidenses cree que el agua es la mejor opción para refrescarse e hidratarse.
El consumo de refrescos se estableció en casi 142 litros per cápita en 2017, en 2016 el consumo fue de 145’7 litros, si nos remontamos a la década de los 90 el consumo de refrescos era de 180’2 litros. El consumo de agua se ha acelerado especialmente en los últimos años, mientras que el consumo de refrescos ha ido cayendo significativamente, y esta es una tendencia que, según los expertos, se mantendrá. Predicen que en los próximos años se alcanzará un consumo medio per cápita de agua de algo más de 189 litros. A pesar de que la industria de los refrescos ha centrado su actividad en las bebidas bajas en calorías, los consumidores son prudentes y desconfían de los edulcorantes artificiales, por lo que siguen apostando por el agua.
Además de la desconfianza por los edulcorantes, otros factores que contribuyen a que los consumidores recurran al agua embotellada son la comodidad, la rapidez con la que elimina la sed, la seguridad que ofrece y su calidad. Todos los segmentos del agua embotellada en Estados Unidos crecieron en 2017, siendo el agua con gas la que mayor crecimiento ha experimentado y de forma notable, quizá esto tenga que ver con que un porcentaje de los consumidores se quejara de que el agua sabía a agua, según un estudio del 2013, un 20% de los consumidores consideraban el agua como una bebida insípida y aburrida, manifestando preferencias por las aguas saborizadas sin azúcar, quizá ahora prefieren el agua con gas en vez de la de sabores.
De todos modos, la industria del agua embotellada reconoce que se enfrenta a varios retos asociados a su impacto medioambiental por el uso de las botellas de plástico, aunque la Asociación Internacional de Agua Embotellada defiende los esfuerzos realizados en todo el sector del agua embotellada por solventarlos, pero hay que decir que estos esfuerzos son el resultado de la presión social y de las denuncias de los grupos ecologistas, de lo contrario, seguramente no se realizarían. Al respecto, merece la pena retomar la lectura de este post en el que destacábamos el compromiso adquirido por la industria del agua embotellada en Europa para reducir los desechos plásticos, algo que también tendrán que adoptar las empresas de agua embotellada estadounidenses.
La industria del agua embotellada asegura tener una huella ambiental baja, y se trabaja para seguir reduciéndola a través de diferentes medidas, por ejemplo, utilizando PET reciclado (RPet) en los envases, algunas empresas incluso aseguran que utilizan el 100% de rPET, algo difícil de creer sabiendo que el tereftalato de polietileno (Pet) una vez reciclado no resulta atractivo para la industria por cuestiones estéticas, de ahí que el 91% de los envases no sean reciclados, porque a la industria no le interesa. Según este informe del año pasado, Greenpeace comentaba que las seis empresas de bebidas más importantes del mundo utilizaban un promedio combinado de sólo un 6’6% de Pet reciclado (RPet) en sus productos, otras compañías ni siquiera se planteaban el aumento del uso del plástico reciclado.
La tasa actual de reciclaje de las botellas de agua en Estados Unidos ronda el 54%, la Asociación Internacional de Agua Embotellada destaca que las botellas y tapones de plástico son 100% reciclables y que la industria continúa buscando formas de incrementar los esfuerzos para el reciclaje. Esto es un absurdo, el PET se ha anunciado como un material con un elevado grado de reciclaje desde hace años, pero de nada sirve esta condición si no se recicla, ahora se habla de reciclaje y de voluntad para mejorar, pero se podía haber llevado a cabo mucho antes. Quizá con las soluciones propuestas, como la de la spin-off Ioniqa, permitan que se incremente significativamente el volumen de reciclado, recordemos que esta empresa ha desarrollado una nueva tecnología de reciclaje de plásticos PET que recupera el material y lo convierte en un nuevo material transparente de grado virgen.
Otra cuestión que también preocupa y de la que no se habla en este estudio es la presencia de microplásticos en el agua embotellada, según una investigación realizada por la organización Orb Media y la Universidad Estatal de Nueva York en Fredonia, el 93% del agua embotellada del mundo está contaminada con microplásticos. Esto es algo que podría empezar a preocupar a los consumidores (sobre todo si se demostrase que esto puede afectar a la salud) y quizá se vea reflejado en los datos de consumo que se proporcionen el año que viene.
Podéis conocer todos los detalles del comunicado a través de este artículo publicado en la página web de la International Bottled Water Association.
Foto | Klearchos Kapoutsis
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