Como ya os hemos comentado en otras ocasiones, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda no superar el consumo de azúcar en un 5% del total de calorías ingeridas al día (25 gramos o unas seis cucharaditas de café), si se sigue este consejo, asegura que la salud mejorará notablemente. Lo cierto es que son varias las organizaciones, asociaciones de consumidores e investigadores que recomiendan reducir el consumo de azúcar a valores que giran en torno al 5% o el 10% del total de calorías ingeridas al día, también los Gobiernos buscan, supuestamente, esta meta a través de la implantación del impuesto del azúcar.
Pues bien, hoy conocemos un estudio desarrollado por el epidemiólogo clínico Bradley Johnston, del Hospital para Niños Enfermos de Toronto (Canadá), en el que se cuestionan las recomendaciones sobre la ingesta máxima de azúcar diaria. El experto considera que las directrices no son dignas de confianza tras realizar una revisión de los estudios que se han realizado sobre el tema, así como por la metodología que se ha empleado para crear estas directrices sobre el consumo azúcar. Bradley Johnston comenta que si bien es aconsejable y necesario limitar el consumo de azúcar, no está bien definido cuánto hay que limitar su ingesta.
El experto asegura que no existen pruebas determinantes que apoyen la reducción a un 5% o 10% como recomienda la OMS, cuestionando los umbrales que aparecen en las guías dietéticas por estar basadas en evidencias de poca calidad científica. Parece ser que este investigador ha revisado nueve directrices sobre el consumo de azúcar de diferentes países y organizaciones del mundo, y en los argumentos que se basan para llegar a esa conclusión. Como cabía esperar, su estudio, publicado en la revista científica Annals of Internal Medicine, ha provocado la ira de una buena parte de la comunidad científica y expertos en salud, asegurando que estos resultados presentados hay que rechazarlos.
Existen muchas investigaciones que determinan que el consumo de azúcares añadidos contribuye en la obesidad, todas las pruebas realizadas muestran, además, la relación existente entre el consumo de azúcar y enfermedades como la diabetes. Se considera que los resultados presentados por Bradley Johnston son un nuevo intento de la industria alimentaria de socavar el consenso científico existente sobre la limitación de los azúcares añadidos en los alimentos.
Y es que tiene sentido la acusación, ya que la investigación presentada ha sido financiada por el International Life Science Institute (Instituto Internacional de Ciencias de la Vida), que casualmente está financiado por compañías de la industria alimentaria como Coca Cola, Mars, McDonald’s, etc. Teniendo en cuenta que algunas investigaciones han demostrado que la industria alimentaria manipula las investigaciones científicas desde hace décadas para que los resultados les favorezcan, algo de lo que hablábamos aquí, es lógico que ahora se considere que la investigación presentada sea otro intento más de la industria para socavar la credibilidad de toda la información científica presentada sobre el tema.
La investigación tenía el objetivo concreto de analizar la calidad de la metodología y las pruebas aportadas en los estudios que recomiendan limitar la ingesta diaria de azúcar a valores del 5% o el 10% antes mencionados. Por tanto, algunos expertos han pedido a Bradley Johnston ejemplos sobre estos supuestos errores e incertidumbres. El ejemplo mostrado fue un estudio publicado en el año 2012 en el New England Journal of Medicine. En este estudio, a modo de ejemplo, se incluyó a un grupo de 224 adolescentes con sobrepeso u obesidad, que de forma regular consumían refrescos azucarados.
En la investigación, los participantes se dividieron en dos grupos, uno recibió bebidas no calóricas y el otro mantuvo su ingesta habitual. En resumen, al cabo de un año, el primer grupo tuvo un menor incremento del IMC (Índice de Masa Corporal), en comparación con el grupo que mantuvo su ingesta habitual, sin embargo, al finalizar el segundo año, se apreció que no existían diferencias entre los dos grupos. Bradley Johnston hace hincapié en que el consumo de azúcar no es el único factor que influye en la obesidad o en enfermedades como la diabetes, como queriendo decir que se ha demonizado al azúcar. Estamos de acuerdo, pero resulta que el azúcar es un ingrediente muy presente en productos alimentarios y bebidas, y además en cantidades aberrantes. Al respecto os recomendamos leer este post.
Según explican aquí, para el experto, el azúcar no debe ser el chivo expiatorio, otros alimentos y el estilo de vida contribuyen a sufrir obesidad y enfermedades asociadas. La preocupación ahora es la posibilidad de que este estudio sea utilizado como una justificación para cuestionar las actuales pautas dietéticas del azúcar. Quizá los expertos no deberían preocuparse tanto por las conclusiones del estudio de Bradley Johnston, ya que esa preocupación le da notoriedad y puede provocar más dudas entre los consumidores. La industria alimentaria debería recapacitar, no hay vuelta atrás y deberán modificar la formulación de sus productos para que el contenido de azúcar sea reducido. Tanta resistencia hace sospechar, sobre todo sabiendo que el azúcar es tan adictivo como otras drogas, algo de lo que hablábamos en este post.
Los estudios de mercado muestran que la tendencia de los consumidores para el próximo año será seguir limitando la ingesta de azúcar y decantarse por productos cuyo contenido sea reducido, a esto hay que sumar que más países se van a sumar a la introducción del impuesto del azúcar, entre otras cosas. Este estudio no es más que una gota de agua en un océano y del mismo modo que se obvian las palabras necias de algunas personas, se deben obviar estudios que parecen estar sesgados por estar respaldados por una parte interesada en evitar que se reduzca el consumo de azúcar. Podéis conocer más detalles del estudio que cuestiona las recomendaciones de la ingesta diaria de azúcar, a través de este artículo publicado en la revista científica Annals of Internal Medicine.
Foto | The hills are alive*
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