En varias ocasiones hemos hablado de los insectos en el ámbito gastronómico, recordemos que desde hace unos años se intenta promover su consumo en el mundo occidental por considerarse una opción alimentaria más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, son fáciles de producir, consumen menos recursos y espacio, son una fuente proteínica de alto valor nutricional comparable a la de los alimentos cárnicos, etc.
Hemos conocido diferentes productos elaborados con insectos, salsas, pasta, bebidas, barritas energéticas…, pero hasta ahora no habíamos hablado de los cubiertos para comer insectos, dado que se supone que se pueden utilizar los mismos que habitualmente se utilizan. Pues bien, hoy conocemos el juego de cubiertos que ha creado el diseñador japonés Wataru Kobayashi con el fin de facilitar el proceso de preparar y comer insectos.
Hay que decir que este diseñador ha sido galardonado por este trabajo con el primer premio en un concurso de diseño de cubiertos por el Worshipful Company of Cutlers, una antigua y prestigiosa compañía dedicada a la fabricación de cuchillos en el Reino Unido. El caso es que, concienciado e influenciado por las recomendaciones de organizaciones e institutos de investigación como la FAO, la UE, la Universidad de Wageningen, así como por diversos estudios como este, en el que se concluía que un 35% de los británicos intentarían incluir los insectos en su alimentación, el creativo ha querido seguir la tendencia y diseñar cubiertos que faciliten la introducción de los insectos en la gastronomía.
La línea de cubiertos se denomina Bug Bug, Wataru Kobayashi, comenta que está diseñada para personas concienciadas con los problemas medioambientales y la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria a través de fuentes alternativas como pueden ser los insectos. El conjunto de cubiertos está formado por un tenedor especial que parece fusionarse con una cuchara y que nos recuerda a este tenedor para arroz, y unos palillos especiales elaborados en madera de cerezo y extremos de acero inoxidable que facilitan poder cogerlos con más facilidad.
También presenta una especie de pinzas cuyos extremos tienen forma cónica y se introducen el pulgar y el dedo medio, un plato para moler y una paleta que actúa a modo de mortero (ambos de porcelana), y una serie de pequeños platos para servir pequeñas raciones, cuyo diseño ha sido inspirado en las placas de Petri. Con esta serie de artículos quiere contribuir a la promoción de la entomofagia, sabiendo que normalizar el consumo de insectos entre los consumidores es una tarea de tiempo y paciencia.
Pero quizá, este tipo de cubiertos y utensilios no tengan mucha salida, sobre todo sabiendo que comemos con los ojos y que presentar unos insectos en su forma original puede resultar desagradable, siendo difícil superar el denominado factor asco, el que provoca automáticamente el rechazo del alimento experimentando una sensación de repulsión. En cambio, se si presentan en un formato que no se identifique con su apariencia, el grado de aceptación es mucho mayor, por ejemplo en barras energéticas o en pasta.
En definitiva, son cubiertos originales, pero quizá no tendrán salida en el mercado, al menos en el occidental y hasta que no se llegue a ese momento en el que comerse un grillo sea tan natural y poco relevante como comerse un muslo de pollo. Podéis conocer más detalles sobre la línea de cubiertos Bug Bug para comer insectos a través de la página oficial del diseñador.
Foto | Artsthread
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