No es fácil encontrar arándano rojo en nuestro mercado, pero a veces hay suerte, aunque a más de uno le habrá sucedido que al probar esta baya, como quien disfruta de unos deliciosos arándanos negro azulados, se lleva una sorpresa, y no precisamente agradable, pues estos frutos no tienen nada que ver, más que su nombre. Los arándanos rojos no explotan en el paladar desprendiendo un equilibrado y delicioso jugo, son ácidos y amargos, pero de fondo tienen muy buen sabor, por eso su forma habitual de consumo es cocinándolos.
El arándano rojo, también conocido como cranberry o arándano agrio o palustre, entre otros nombres, procede de un arbusto del género Vaccinium, como el arándano azul (Vaccinium Myrtillus), pero el rojo es del subgénero Oxycoccus, aunque al parecer, algunos botánicos lo consideran un género aparte. Este arbusto de hoja perenne se cultiva en Europa, Estados Unidos, Canadá, algunos países del sur de América, en países bálticos y en el norte de Asia.
Es un arbusto bajo, con tallos finos, hojas ovales más pequeñas que el fruto y flores de color rosa oscuro, con un largo pedúnculo, que florecen en los meses de junio y julio. Las bayas redondas empiezan a desarrollarse con un color verde claro y se vuelven rojas cuando se maduran. Esto le otorga algo de dulzor en su sabor, pero la acidez de estos frutos lo enmascaran.
Este fruto ha sido y es muy apreciado porque se le otorgan diversas propiedades medicinales, por ejemplo, que ayuda a prevenir infecciones del tracto urinario, algo de interés para las personas con infecciones recurrentes, pero parece ser que no hay conclusiones científicas que lo corroboren. En cualquier caso, esta baya sí posee algunos valores nutricionales interesantes, como su aporte en vitamina C, igual que otras frutas, y los buenos alimentos siempre son beneficiosos para la salud.
Volviendo a lo que comentábamos al principio, los arándanos rojos son ácidos y amargos, además, su consistencia el más dura que la de los arándanos azules (son como más crujientes), que son los más populares en nuestro mercado y en los últimos tiempos su consumo entre la población en general ha experimentado un gran aumento. Es por ello, que casi la totalidad de la producción del arándano rojo es procesada para llevarla al mercado en forma de frutas deshidratadas o liofilizadas, en zumos, en compotas, jaleas o mermeladas, en salsas para carnes…
Estas presentaciones son imprescindibles en la mesa de Navidad de muchos hogares de Estados Unidos y Canadá, aunque no hayáis probado nunca este fruto en fresco, seguramente sí lo habéis hecho en estos otros formatos que hemos mencionado. Con esta baya también se elabora repostería y productos de panadería, bizcochos, bollos, muffins, magdalenas, panes, etc.
Si encontráis arándanos rojos frescos en vuestra frutería y os apetece probarlos, ya sabéis que seguramente será para incorporarlos en alguna receta, pero no dejéis de hacer una cata de la baya al natural para conocer sus características. Pronto compartiremos con vosotros una buena receta para hacer una salsa para carne asada, seguro que os irá bien para inspiraros en la creación de vuestro menú de Navidad.
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