Ayer podíamos saber que en Estados Unidos, el CSPI (Center for Science in the Public Interest) pedía al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) que introdujera un etiquetado con advertencias para la salud en la carne procesada, ya que era necesario informar a los consumidores sobre la asociación entre el consumo de este tipo de carne y la aparición del cáncer colorrectal.
En la Unión Europea no se han plateado este tipo de medidas, pero sí otras que guardan relación con la carne procesada y el riesgo de cáncer. A finales del mes pasado, el Parlamento Europeo pidió a la Comisión Europea que revisara la legislación y tuviera en cuenta las conclusiones del IARC (Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer), para reducir o prohibir el uso de nitritos en los productos cárnicos, concretamente el uso del E249 (Nitrito de Potasio) y el E250 (Nitrito de Sodio), son dos conservantes que previenen las infecciones bacterianas y agentes potenciadores de color.
Estos dos aditivos guardan relación con el riesgo de cáncer, por lo que son considerados por el IARC como probablemente cancerígenos para los seres humanos. Los Eurodiputados comentan que además de las conclusiones del IARC, son varios los estudios independientes que se han realizado y muestran la relación con el cáncer, considerando que el consumo de productos de carne procesada puede incrementar en un 18% el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
El E249 es un conservante de carácter sintético que se obtiene a partir de la síntesis del Nitrato de Potasio con el que se elaborada la denominada Sal de Cura o Polvo de Praga, una mezcla de sal común y Nitrato de Sodio o de Potasio que se emplea en las carnes procesadas. El E250 es también un conservante sintético que se obtiene a partir del Hidróxido de Sodio, el Óxido Nitroso y el Óxido Nítrico, como el E249, se utiliza en la elaboración de la sal de cura.
El Parlamento Europeo insta a la Comisión Europea mediante esta declaración escrita (Pdf) a que reduzca los límites legales de los nitritos mencionados o que los prohíba completamente, además de las conclusiones del IARC y los estudios independientes que se han realizado, recuerda a la CE que la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) también se ha pronunciado sobre el tema, llegando a conclusiones similares. Por tanto, es necesario llevar a cabo las acciones solicitadas y promover alternativas que sean seguras y que puedan ser utilizadas por la industria alimentaria para prevenir la proliferación de hongos y bacteria,s y en especial del Clostridium Botulinum.
Los Eurodiputados piden más investigaciones sobre las alternativas, citando, por ejemplo, el ácido láctico, ya que actualmente no se están analizando, lo que podría acelerar el proceso de limitar o eliminar el uso de nitritos. Es difícil saber si esta solicitud servirá de algo, decimos esto porque no es la primera vez que el Parlamento Europeo pide a la Comisión Europea actuar sobre este tema, pero parece que cuando algo no interesa la CE simplemente obvia o alarga lo máximo posible la aplicación de medidas. Recordemos lo ocurrido con el informe de las grasas trans, tardó un año en presentarse a pesar de las reclamaciones realizadas por los Eurodiputados, las empresas alimentarias, las organizaciones científicas y asociaciones de salud.
La autorización actual de nitratos y nitritos como aditivos alimentarios se realizó en base a un dictamen científico de la EFSA del año 2009, en el que se establecieron los niveles máximos para un uso seguro, logrando el equilibrio entre el riesgo de la formación de nitrosaminas (elementos carcinógenos) y el efecto protector de nitratos y nitritos contra los microorganismos patógenos. Pero hay que tener en cuenta los estudios posteriores que se han realizado, por ello sería necesario que la EFSA resisara las autorizaciones realizadas para considerar si se deberían modificar a partir de los nuevos informes y dictámenes.
En definitiva, la solicitud de los Eurodiputados tiene mayor alcance que la solicitud del CSPI en Estados Unidos, ya que se pide que se etiqueten los productos cárnicos con advertencias de salud, pero no se intenta evitar su uso, como en el caso del Parlamento Europeo. Podéis conocer más detalles de la solicitud a través de la citada declaración escrita y a través de la página del PE.
Foto | Stefano A
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