En octubre del año 2015 la OMS, y concretamente el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), daba a conocer un informe en el que se consideraba a la carne procesada como un alimento cancerígeno. Este alimento se incluyó en la categoría del Grupo 1, máxima categoría de riesgo de cáncer en la clasificación del IARC, al considerar que existen pruebas suficientes de que es un producto carcinógeno para el ser humano.
Pues bien, con estos argumentos, el CSPI (Center for Science in the Public Interest) de Estados Unidos ha realizado una petición al USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos), en la que expone que la carne procesada debe incluir etiquetas con advertencias para la salud. Esta organización explica que se ha demostrado que existe una asociación entre el consumo de carne y la aparición del cáncer colorrectal, la segunda causa de muerte por cáncer en el mundo, aunque también habría que destacar que según los estudios, este alimento se asocia al cáncer de páncreas y el cáncer de próstata.
El Centro para la Ciencia en el Interés Público considera que los consumidores merecen ser advertidos a través de este tipo de etiquetado, a fin de ayudarles a tomar decisiones informadas sobre los alimentos que adquieren y consumen. Se considera que los consumidores que desean reducir el riesgo de sufrir cáncer, podrían evitar consumir carne procesada o al menos realizar un consumo ocasional. La organización comenta que a quienes no les importe esta información, simplemente deben ignorarla, pero consideran que no hay duda de que el USDA debe proporcionar a los consumidores la información para que realicen una elección informada.
El CSPI es una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es defender a los consumidores, abogando por un sistema que ofrezca alimentos más seguros y saludables, por lo que comenta que está obligada a solicitar al USDA que exija a la industria alimentaria que dé a conocer esta información mediante un etiquetado complementario, por el interés de proteger la salud pública. Se solicita que se incluya un mensaje que diga: “El consumo frecuente de productos con carne procesada puede aumentar en un 18% el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal”.
Recordemos que este porcentaje de riesgo es el apuntado en el informe del IARC, en él se explicaba que comer una porción de carne procesada de 50 gramos diarios, incrementa el riesgo de sufrir este tipo de cáncer en un 18%, pero hay que decir que este riesgo aumenta proporcionalmente al incremento del consumo de este tipo de carne. El CSPI explica que una ración de jamón, salchichas, mortadela o un perrito caliente, pesa alrededor de 55 gramos, por otro lado comenta que este riesgo es significativo y podría haber contribuido a que unos 5.000 estadounidenses hayan sufrido cáncer colorrectal desde el año 2015.
El CSPI reconoce que las posibilidades de que la administración Trump pueda llevar a cabo una iniciativa de estas características son muy escasas, se puede decir que no confía en el nuevo Gobierno de Estados Unidos para trabajar de forma más firme en la protección de la salud de los consumidores. Pero esta organización explica que están acostumbrados a pedir medidas que terminan aplicándose a largo plazo, por lo que va a seguir presionando para solicitar medidas regulatorias que favorezcan a la salud de toda la población.
La solicitud ha sido enviada al actual Secretario de Agricultura, Tom Vilsack, está respaldada por una docena de los principales expertos en nutrición y epidemiología del país, y previsiblemente será archivada o se dejará en manos del nuevo Gobierno, y como ya hemos comentado, se confía muy poco en que se debata y se lleve a la práctica. Solicitar este tipo de medidas no es una novedad, recordemos que, en San Francisco, una ordenanza obligaba a los fabricantes de refrescos a poner etiquetas de advertencia para la salud con mensajes sobre el riesgo de abusar de las bebidas azucaradas, destacando su relación con enfermedades como la diabetes, la caries dental o la obesidad. Aunque en este caso la industria del sector presentó un escrito argumentando que este tipo de información denigraba el producto y por tanto solicitaban su retirada.
A través de este artículo del CSPI podréis conocer más detalles sobre la solicitud, y para leer la carta enviada a Tom Vilsack podéis acceder a este enlace.
Foto | stevendepolo
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