Según un estudio desarrollado por la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Pensilvania, se puede mejorar la seguridad alimentaria si los inspectores sanitarios y de alimentación utilizan los teléfonos móviles para recabar datos. Es mucho más fácil recopilar datos, tomar fotografías e incluso realizar análisis con un smartphone que con una libreta, por otro lado, si los responsables de un supermercado ven a una persona tomando notas y saben que están siendo observados, es mucho más fácil que procuren intentar seguir al pie de la letra las prácticas correctas de manipulación y conservación de los alimentos, algo que quizá habitualmente no harían.
Las personas con un teléfono móvil pasan inadvertidas, ya que es un dispositivo cuyo uso se ha extendido y al ser habitual no llama la atención. En el caso de los supermercados o tiendas de alimentación, se pueden utilizar para comparar precios, conocer las características de algunos productos, consultar la lista de la compra, etc. Con un teléfono se evita el denominado efecto Hawthorne, un fenómeno por el que los individuos alteran su comportamiento o algún aspecto de su conducta porque saben que están siendo observados, dejando de actuar como lo harían habitualmente.
En pleno siglo XXI no tiene sentido que quien se encarga de supervisar el funcionamiento de un establecimiento de alimentación, lleve bajo el brazo una libreta para tomar notas. Según explican los investigadores, es frecuente que los inspectores supervisen a quienes manipulan alimentos para comprobar que cumplen con la legislación, pero esta vigilancia debe ser oculta, de este modo se minimiza el efecto hawthorne y se obtienen datos mucho más precisos y veraces.
Los expertos han trabajado para desarrollar una nueva aplicación que facilite la tarea de los inspectores, con ella se pueden documentar todas las deficiencias que se observan sin levantar la menor sospecha, se pueden crear listas personalizadas para registrar aspectos como la adaptación de las instalaciones, si los empleados se lavan las manos antes de tocar los alimentos, si la temperatura es la adecuada en las neveras y congeladores y se respeta la cadena de frío, si se ha sobrepasado la fecha de caducidad, etc. A todo esto hay que añadir que esta aplicación permite añadir archivos de audio, fotografías o vídeo, así como anotaciones concretas, todo tipo de información que permitirá a quienes velan por el cumplimiento de las normas alimentarias, elaborar un informe detallado aportando todo tipo de pruebas.
Los investigadores llevaron a cabo un estudio para evaluar el uso de los smartphones como herramientas de trabajo para la recopilación de información, realizaron una encuesta para valorar la percepción que se tenía del uso de los teléfonos móviles en un supermercado. Los participantes de este estudio vieron imágenes de personas que utilizaban una libreta o un smarphone, el 95% de los participantes asociaron la libreta con una actividad de evaluación, sea inspección, investigación, etc. Dado que prácticamente todo el mundo utiliza el móvil, los inspectores deberían utilizar estos dispositivos como herramientas de trabajo si quieren cumplir con su cometido y mejorar la seguridad alimentaria.
Para los expertos es prioritario minimizar los cambios de conducta de los trabajadores de los establecimientos de alimentación, por ello consideran que el estudio que han realizado debería ser de interés para quienes se dedican a supervisar el trabajo que realiza la industria alimentaria, ya que se demuestra que los teléfonos móviles pueden ayudar a mejorar la seguridad alimentaria, ya es hora de dejar a un lado la libreta que delata el cometido de la visita. Podéis conocer los detalles de esta investigación a través de este artículo publicado en la página web de la universidad.
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