Seguramente os habéis encontrado en varias ocasiones en la necesidad de enfriar bebidas a la mayor brevedad, y no sirve con todas las bebidas el hecho de añadir unos cubitos de hielo, pues una de las cosas menos agradables es que éstos agüen lo que va a enfriar, no nos gusta que suceda ni con el café, por eso nunca utilizamos cubitos que hayamos hecho en casa, o si son cubitos caseros, son también de café o de algún zumo natural de fruta, por ejemplo.
El caso es que es muy probable que en las próximas semanas nos volvamos a encontrar en la situación de querer tomar una bebida fresca (algo propio del verano para todos, y del resto del año para algunos o según la bebida de la que se trate) y no disponer de ella, pongamos una situación de ejemplo: Llegamos a casa después de realizar la compra semanal y no tenemos nada en el frigorífico, además es la hora del aperitivo, y nos apetece ir picando algo mientras colocamos la compra, organizamos la despensa…
Claro, las botellas de cerveza las acabamos de traer del supermercado y están calientes. Lo de añadirle unos cubitos de hielo es impensable, ni que sean de limón y puedan convertirse en una clara o champú, si las ponemos en el congelador se enfriarán un poco, pero no lo suficiente para satisfacernos… ¿qué más se os ocurre? Pues si la respuesta es ‘nada’, aquí tenéis dos trucos para enfriar una botella o una lata de bebida en pocos minutos.
El primero es el que la mayoría de personas conocen, se trata del truco del hielo y la sal. Si se ponen en un recipiente unos cubitos de hielo, agua y sal en una proporción que suele ser de una parte de sal por tres de hielo, se mezcla y se introduce la botella, se produce una reacción endotérmica, y es que la sal necesita calor para disolverse en el agua, y la toma de la botella, de modo que se invierten las temperaturas, la botella se enfría (y por tanto, también su contenido) y el agua con hielo sube de temperatura. Os dejamos con un vídeo ilustrativo que muestra la técnica.
Pero ¿qué hacer si no tenemos cubitos de hielo en casa?, pues os lo contamos, aunque no es un truco que hayamos puesto en práctica. En este caso lo único que se necesita es papel de cocina absorbente. Con él se debe envolver la botella o la lata y se debe mojar lo suficiente como para que el papel se quede pegado. Entonces es necesario introducir el envase de la bebida en el congelador, el frío actuará principalmente en el agua que contiene el papel de cocina, congelándola, y así el frío se transmite a la botella a mayor velocidad.
Parece ser que también se puede hacer con papel de periódico, y el tiempo para enfriar la bebida se reduce a la mitad. Os dejamos también con un vídeo sobre este truco para enfriar una cerveza o cualquier otra bebida rápidamente. Y ya puestos, veréis algunos trucos más relacionados con la cerveza que igual os interesan, por ejemplo, cómo abrir una botella sin un abridor, cómo aprovechar una botella de cerveza vacía…
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