Los cereales para el desayuno son uno de los productos alimentarios que contienen un elevado contenido en azúcar, hasta el punto de que sólo con esta primera comida del día, un niño puede haber consumido todo el azúcar que corresponde a las recomendaciones para cinco días. Recordemos que la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda no superar con el azúcar el 5% del total de calorías ingeridas al día, y esto a los adultos con un IMC normal, por lo que para un niño la cantidad es inferior, de todo ello hablábamos aquí.
Según los resultados de una investigación realizada por expertos de tres universidades del Reino Unido (Newcastle, York y Anglia Ruskin), un impuesto del azúcar en los cereales del desayuno del 20% podría cambiar los hábitos de consumo, haciendo que los consumidores dejaran de tomarlos. Los investigadores analizaron el impacto que tendría un impuesto del 20% y del 40% en los cereales y refrescos menos saludables, además se analizó cómo reaccionaban los consumidores si se les explicaba que los productos que adquirían tenían un gravamen.
En este estudio participaron 1.000 personas del Reino Unido que contaban con un presupuesto de 10 libras (unos 12’5 euros) para gastar en cereales para el desayuno y refrescos, aunque también podían decidir no comprar. Los productos que se podían adquirir fueron clasificados como saludables o poco saludables dependiendo del valor nutricional que tenían. Según los datos obtenidos, un impuesto del 40% es efectivo para que los consumidores no adquieran refrescos o cereales con alto contenido en azúcar. Con un impuesto del 20%, la tasa de venta de cereales poco saludables se redujo de forma significativa, pero no afectó a la venta de refrescos con un elevado índice de azúcar.
Como sabemos, el Reino Unido anunció en el mes de marzo que dentro de dos años entraría en vigor un impuesto en las bebidas azucaradas segmentado en dos niveles, un gravamen para las bebidas que superen los 5 gramos de azúcar por cada 100 ml, y otro para las que superen los 8 gramos de azúcar por cada 100 ml. Se sabe que el impuesto oscilará entre el 10% y el 20% para las bebidas con mayor contenido en azúcar, si se tienen en cuenta los resultados de esta investigación, quizá sea insuficiente ese 20% y se debería optar por aplicar el 40%, o en todo caso, procurar que los consumidores sepan que los productos están gravados.
Los resultados de este trabajo muestran que un gravamen del 20% en los cereales para el desayuno con alto contenido en azúcar parece ser efectivo, por lo que se podría aplicar también a otros productos considerados poco saludables con relativo éxito. Pero lo más interesante del estudio son los resultados obtenidos sobre la reacción de los consumidores al saber que los productos que adquirían tenían un impuesto, si los compradores sabían que cereales y refrescos estaban gravados con un 20%, la compra en ambos grupos caía hasta el 50%. Por tanto, es importante que los consumidores sepan que en los productos que adquieren pesa un impuesto por no favorecer la salud, ya que aumenta el rechazo a adquirirlo cambiando los hábitos de compra.
Como ya hemos comentado en otras ocasiones, siempre se recurre a los impuestos como si se tratase de una solución milagrosa, pero esta solución debería ir acompañada de otras medidas, como por ejemplo subvencionar los alimentos saludables, que como sabemos son más caros que los alimentos poco saludables, varias investigaciones demuestran que este tipo de acciones son efectivas. También se podría introducir la asignatura de nutrición en las escuelas, legislar para que los fabricantes reformulen sus productos para que sean saludables, etc.
En este artículo de la página web de la Universidad de Newcastle se ha publicado un resumen de la investigación, pero podéis acceder al trabajo al completo a través de este enlace (Pdf).
Foto | Y’amal
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