A finales del año pasado nos hacíamos eco de un estudio desarrollado por la FSA (Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido) en el que se concluía que se estaba utilizando demasiado a la ligera el enunciado “puede contener” en relación a las trazas de ingredientes que se asocian a distintas alergias alimentarias, como por ejemplo la leche, los huevos, los cacahuetes, etc. De un análisis realizado en más de 1.000 muestras de productos alimentarios etiquetados con dicha advertencia, se detectó que casi un 50% no contenía ningún resto de alérgeno, algo que provoca una restricción de alimentos innecesaria para los consumidores con alergias.
Esta situación se repite en otros países, y ahora las autoridades nórdicas van a tomar cartas en el asunto de forma enérgica para evitar el uso innecesario de “puede contener” en las etiquetas alimentarias. Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia colaboraron en el año 2012 en una campaña de inspección sobre etiquetado de alérgenos y uso del enunciado “Puede contener trazas de…”, la finalidad de esta campaña era conseguir que las empresas alimentarias asumieran su responsabilidad y realizaran un etiquetado preciso sobre el contenido de alérgenos y sobre las advertencias de posibles trazas de alérgenos.
En este último caso ya se apuntaba que el abuso provocaba que las personas alérgicas tuvieran mucho más complicado poder elegir los alimentos al haber menos disponibilidad. En esta colaboración entre los países nórdicos se acordaron varios objetivos, uno de ellos era el de consensuar de forma común el uso de estas etiquetas de advertencia, así como promover la cooperación nórdica en esta materia, de todo ello se hablaba aquí. A raíz de las inspecciones realizadas, se detectó que un 20% de los alimentos que se comercializan en los países mencionados, incluían el mensaje de advertencia sin que se hubiera realizado un análisis exhaustivo que demostrase que existía un riesgo de posible contaminación con algún ingrediente asociado a las alergias alimentarias.
El Consejo Nórdico de Ministros, organización interparlamentaria de cooperación formada por Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia e Islandia para preservar y desarrollar la cooperación entre los estados miembros en diferentes materias, consideró los resultados como muy graves, etiquetar una quinta parte de los alimentos con advertencias innecesarias no tiene justificación. Ahora, tres años después van a realizar una nueva evaluación para constatar que la industria alimentaria ha realizado los cambios oportunos y el etiquetado es correcto, en caso contrario tomarán medidas contra las empresas que hayan seguido utilizando las advertencias sin justificación científica. Se espera que a principios del próximo año den a conocer los resultados sobre la evaluación realizada.
Ante posibles dudas, algunas empresas alimentarias optan por la inclusión en el etiquetado del mensaje de advertencia sobre las posibles trazas de alérgenos, pero las dudas se pueden disipar si se realizan los estudios pertinentes. De acuerdo que es necesario proteger a las personas que son alérgicas, pero no se deben restringir opciones alimentarias de forma innecesaria, tal y como se constata en los países en los que se han llevado a cabo este tipo de estudios. Expertos como Ylva Sjögren Bolin, química y nutricionista que trabaja en la Agencia Nacional de Alimentos de Suecia, explica que abusar de este tipo de advertencias sabiendo que no están justificadas puede provocar que los consumidores hagan caso omiso de ellas y correr un riesgo real al comer un alimento que sí contenga trazas de alérgenos.
Las empresas alimentarias suelen elaborar varios productos distintos utilizando las mismas instalaciones, se supone que después de cada uso se limpian y desinfectan las instalaciones y la maquinaria, pero existe el riesgo de que puedan quedar restos de algún ingrediente con alérgenos que se ha empleado en la fabricación de un producto anterior. Las trazas son cantidades tan pequeñas que no forman parte del listado de ingredientes, por otro lado, en la fabricación del nuevo producto no se añaden esos ingredientes alérgicos de forma consciente, de ahí que para cubrirse las espaldas utilicen esas advertencias. Hablamos de cantidades muy pequeñas, quizá a unas personas no les afecte, pero para otras puede resultar peligroso, todo depende del umbral de sensibilidad que tenga la persona alérgica.
Para evitar o minimizar al máximo las trazas de alérgenos y poder utilizar un etiquetado correcto, es necesario seguir un protocolo sobre las órdenes de producción, utilizar barreras físicas que dificulten la posible dispersión de alérgenos en el ambiente, identificar los utensilios que se utilizan para la manipulación de las materias primas, trabajar con sistemas de limpieza eficientes. Hasta la fecha, la recomendación es abstenerse de comer alimentos con el mensaje de advertencia, puede que no pase nada si se come, pero también puede ocurrir lo contrario. Evidentemente, al seguir esta regla se reduce la disponibilidad alimentaria para las personas alérgicas, por ello es responsabilidad de los fabricantes utilizar los mensajes correctamente y no como medida de precaución para cubrirse las espaldas.
A finales del año pasado la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) actualizó la información y asesoramiento que ofrece sobre alérgenos alimentarios, explicaba que las empresas deben etiquetar sobre 14 alérgenos según la legislación comunitaria, pero para los productos que no contienen de forma intencionada ningún ingrediente que cause alergia, aconsejaba que se siguieran las mejores prácticas actuales que lleva a cabo la industria, es decir, tomar todas las precauciones necesarias para evitar la contaminación cruzada, así como la advertencia de que el alimento en cuestión podría contener alérgenos de forma no intencionada. Pero también aconsejaba una revisión periódica de la seguridad de los alimentos indicando que las personas alérgicas deben estar protegidas, pero no se les deben restringir opciones alimentarias de forma innecesaria, de todo ello hablábamos aquí. Parece ser que es más fácil y barato colocar el mensaje de advertencia que realizar los estudios y revisiones oportunas.
Volviendo a la noticia sobre el abuso del mensaje de advertencia “puede contener” en los países nórdicos, según leemos aquí, en esta ocasión la inspección incluirá pruebas y análisis más detallados que los llevados a cabo en el año 2012, por ejemplo, si un producto indica en la etiqueta que contiene lecitina, se analizará y verificará si esta deriva de la soja, los huevos o la leche. Se espera que el porcentaje de advertencias innecesarias en el etiquetado alimentario se haya reducido, de todos modos habrá que esperar a que se liberen los datos para constatarlo. Sería interesante realizar un estudio en nuestro país sobre el uso de la advertencia “puede contener”, ¿serían los resultados similares a los del Reino Unido o los países nórdicos?
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