¿Pagarías 20 euros por una sola fresa?, probablemente no, por ese precio en nuestro país podríamos adquirir algunos kilos de fresas o fresones, pero en otros países la venta sería factible, por la cultura y otras particularidades. De hecho, en un establecimiento de la cadena de supermercados City Super de Hong Kong se comercializa una sola fresa por 168 dólares de Hong Kong (unos 20 euros), se ofrece como un producto de lujo que se importa de la prefectura de Nara (Japón).
La fresa se presenta en una caja de cartón que imita a las cajas-regalo de joyas, al abrir la caja se ve la fresa colocada en una especie de nido elaborado con espuma y rodeada de paja, protección que evita que pueda sufrir algún daño durante el transporte en avión de Japón a Hong Kong. Pero, ¿qué es lo que tiene esta fresa para que se comercialice a ese precio?, al parecer se trata de una fresa Kotoka, marca de la fresa de Nara que se registró como variedad en el año 2011 y que desde ese año, cocineros y productores del país la han estado promoviendo como una variedad única y especial por su acidez, dulzura, aroma, perfección de forma, proporción de contenido de azúcar, etc.
Esta fruta se considera rara y excepcional, y seguramente en Hong Kong hay quien pagará esos 168 dólares de Hong Kong por una única fresa. El caso es que la presentación de la fresa Kotoka, ha creado polémica y generado críticas, y no precisamente por el precio de la fruta, sino por el formato del envase. Seguramente en otros países lo que provocaría la alarma sería el valor económico en el mercado de la fresa, pero ya sabemos que en el caso de Japón y de otros países asiáticos, la fruta es un producto que suele tener precios desorbitados, la razón es que se considera un producto de lujo asociado a la cultura de ofrecer regalos especiales.
Claro, que si hablamos de las subastas de fruta es otro cantar, se puede decir que los productos juegan en otra liga, son frutas que deben contar con la condición de impecables en todos sus aspectos, sabor, imagen, tamaño, composición nutricional y cualidades organolépticas, incluso el envasado debe reunir una serie de condiciones estrictas, podemos citar como ejemplo los casi 10.000 euros que se pagaron el año pasado por un racimo de uva Ruby Roman.
Según leemos aquí, parece ser que un grupo de Facebook denuncia la gran cantidad de residuos que se generan a partir de este tipo de presentación, considerando que el impacto ambiental es elevado. Y esto tiene sentido porque en Hong Kong se confinan más de 7 millones de personas en apenas 275 kilómetros cuadrados urbanizados, teniendo en cuenta que produce más de 6 millones de toneladas de residuos anuales y que se intenta reducir en la medida de lo posible generar más basura.
Algunos consumidores están consternados por la decadencia en el mercado de la fruta, parece ser que en el mencionado supermercado se pueden adquirir melones, manzanas y otras frutas a precios que pocos occidentales pagarían. En estos casos, se alaba la exclusividad del producto, sus excepcionales características y toda una parafernalia que en países como Japón funciona. En fin, el precio de la fruta y el valor que se le brinda es un tema cultural como ya explicábamos aquí.
Sobre estas líneas podéis ver un vídeo de la presentación de la fresa Kotoka producida en Nara, y en la página web de esta variedad de fresa podréis conocer más detalles sobre las características del fruto, el método de producción, etc.
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