Año tras año aumenta el número de personas que optan por seguir una dieta vegetariana por diferentes motivos, mejorar la salud y el bienestar animal, para proteger el medioambiente, etc. Hablando del impacto medioambiental de esta dieta, hoy conocemos una investigación desarrollada por expertos de la Universidad de New Hampshire (Estados unidos) en la que se concluye que la dieta vegetariana reduce el impacto ambiental entre un 42% y un 84% si se compara con una dieta saludable estilo estadounidense o una dieta estilo mediterránea.
Este estudio sigue, en cierto modo, la línea del desarrollado conjuntamente por la Universidad de Luund (Suecia) y la Universidad de Columbia Británica (Canadá), en el que se concluía que la dieta vegetariana era uno de los factores clave para poder reducir los gases de efecto invernadero. Por lo tanto, el nuevo estudio se suma a otros que evidencian y respaldan la afirmación de que una dieta basada en alimentos vegetales podría mejorar significativamente la salud ambiental del planeta.
En este trabajo los expertos han realizado una comparativa entre el impacto ambiental de las tres dietas nombradas en seis áreas distintas, el calentamiento global, el uso de las tierras de cultivo, el agotamiento del agua, la eutrofización del agua dulce por la actividad humana, la eutrofización del agua del mar y la presencia de partículas y compuestos orgánicos en el aire. Se realizó una evaluación del impacto del ciclo de la vida en las tres dietas y se compararon los resultados de las seis categorías indicadas.
En todas las categorías, a excepción del agotamiento del agua, los datos mostraron que la dieta vegetariana reducía entre un 42% y un 84% los impactos negativos asociados con las dos dietas que implican un consumo de carne y productos lácteos, las dietas de estilo estadounidense y mediterránea. A raíz de los resultados, los expertos consideran que es importante que se tenga en cuenta la sostenibilidad ambiental en la próxima actualización de las pautas dietéticas para la población estadounidense.
Merece la pena recordar que son pocos los países del mundo que incluyen criterios de sostenibilidad en las pautas dietéticas, sólo cuatro países de los 215 analizados en un informe de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y la FCRN (Red de Investigación sobre el Clima y la Alimentación) de la Universidad de Oxford, incluían estos criterios, el resto de países no tenían en cuenta el impacto ambiental de los hábitos dietéticos que recomiendan. Para los responsables de la nueva investigación, incluir la sostenibilidad en las pautas y recomendaciones dietéticas tiene el potencial de ofrecer beneficios significativos a largo plazo.
En Estados Unidos las recomendaciones sobre las pautas dietéticas son la piedra angular de la política nutricional y tienen una gran influencia en los sistemas alimentarios del país, influyen en la toma de decisiones en la industria alimentaria y educan al consumidor sobre lo que son las dietas saludables. Estas pautas se actualizan cada cinco años, la última actualización se realizó en 2015 y estará en vigor hasta el 2020, y en esta última revisión se incluyó por primera vez un capítulo centrado en la seguridad alimentaria y la sostenibilidad. Una de las conclusiones clave fue la recomendación de un patrón dietético con un mayor porcentaje de alimentos vegetales y una reducción de los alimentos de origen animal para mejorar la salud y reducir el impacto medioambiental, sin embargo, y a pesar de que la sostenibilidad es un factor importante, no se incluyó en las pautas alimentarias.
Los investigadores comentan que estas pautas dietéticas presentadas por el Gobierno de Estados Unidos podrían tener un efecto negativo sobre el medioambiente, por lo que, para limitar el calentamiento global y el cambio climático, es necesario incluir la información sobre el carácter sostenible de los alimentos recomendados. Para algunas personas esta investigación es otro ejemplo de como la alimentación basada en alimentos vegetales puede contribuir a ayudar a minimizar los efectos de la actual crisis climática.
Sin embargo, hay que destacar que no se habla de la producción de alimentos vegetales ecológicos y que otros estudios, como el realizado por Oxfam Internacional en 2016, concluían que los alimentos básicos no ecológicos, provocan un enorme impacto ambiental, alimentos vegetales como la soja, el arroz, el maíz, el aceite de palma y el trigo, generan más emisiones de gases de efecto invernadero que los producidos de forma individual por casi cualquier país del mundo. Por tanto, quizá sea necesario que en las recomendaciones dietéticas se destaquen las diferencias entre los alimentos vegetales producidos industrialmente y los producidos de forma ecológica, siendo un modo de reducir el impacto climático y promocionar los alimentos ecológicos.
El estudio, que podéis consultar en este artículo publicado en la revista científica The Lancet, es extenso y proporciona datos concretos sobre la contribución de los grupos alimentarios individuales en cada uno de los parámetros analizados.
Foto 1 | TimOller
Foto 2 | Notfrancois
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