Este año ha entrado en vigor el impuesto del azúcar en algunos países y otros han anunciado que planean introducirlo, ya son tres años consecutivos en los que el gravamen del azúcar tiene un protagonismo destacable, siendo una medida que se extiende por diversos países del mundo. Este gravamen afecta especialmente a las bebidas azucaradas, quienes están a favor consideran que es una herramienta importante para frenar el sobrepeso, la obesidad y otras enfermedades asociadas, quienes están en contra (generalmente la industria) consideran que se trata de un impuesto inútil, ya que existe poca evidencia de que la medida pueda ser efectiva.
El caso es que ahora, Malasia considera introducir el impuesto del azúcar como una medida para frenar el sobrepeso, la obesidad y especialmente la creciente tasa de diabetes. Según las declaraciones de Mahathir bin Mohamad, primer ministro del país del continente asiático, la tasa de diabetes es muy elevada porque la población consume demasiado azúcar y apunta como motivo principal el consumo de refrescos azucarados. Esto es demonizar al sector de los refrescos y bebidas azucaradas, ya que son muchos más los productos que tienen un elevado contenido en azúcar, por eso algunos expertos en salud aconsejan la introducción del impuesto en todos los productos con exceso de azúcar, pues sería más coherente.
Se habla de los refrescos que comercializan las grandes compañías, pero no se habla de otras bebidas populares que se pueden encontrar en el país y que tienen un alto contenido en azúcar, por ejemplo, el Teh Tarik, una bebida elaborada con té negro y leche condensada que se ofrece en los puestos de comida callejeros y en algunos restaurantes. Esto hace pensar a algunos expertos en salud que se trata de un impuesto cuyo objetivo es puramente recaudatorio, para aumentar los ingresos en las arcas del estado, pero no será una medida efectiva para frenar el creciente índice de enfermedades como la diabetes, ya que las fuentes de azúcar son muchas.
Otros profesionales sanitarios, como la Asociación Dental de Malasia (MDA), reciben la medida con satisfacción, comentan que ayudará a reducir los problemas dentales, principalmente caries, así como los problemas de salud en general asociados al abuso del azúcar. Además, añade que se reducirán los costes sanitarios y, por supuesto, aumentarán los ingresos en las arcas del estado, por lo que se puede deducir que muchos son los que consideran que en realidad es una medida puramente recaudatoria, y un primer paso que puede dar lugar a otros que desemboquen en un impuesto generalizado sobre el azúcar.
Existen contradicciones que pueden dar un mensaje confuso a la población, por un lado se habla del impuesto, pero por el otro se pide al gobierno del país que reconsidere el anuncio realizado indicando que el precio del azúcar caería a partir del mes de septiembre. Esto no tiene mucho sentido si se planea un impuesto en los refrescos que contienen azúcar, el gobierno argumenta que la reducción es causada por los precios a la baja del mercado mundial del azúcar sin refinar, al precio del azúcar en los países vecinos y a las preocupaciones sobre el aumento del coste de la vida en Malasia, toda una contradicción.
Es más, el gobierno del país explica que esta reducción del precio mundial del azúcar abaratará el coste de muchos alimentos y bebidas del mercado, precisamente muchos productos contienen exceso de azúcar, por lo que los problemas sanitarios continuarán dejando claro que la medida es claramente recaudatoria. El gobierno se esfuerza asegurando que la reducción del precio del azúcar no es un modo de alentar a la población para que aumente el consumo, pero es que se están enviando dos mensajes contradictorios. Los expertos en salud auguran que la población de Malasia seguirá consumiendo azúcar en exceso, aumentando los problemas de salud como la obesidad, la diabetes o las enfermedades cardíacas.
Aquí explican que es poco probable que las personas mayores y los que ya siguen dietas altas en azúcar cambien sus hábitos, ya que tienen fuertes preferencias por el azúcar y son relativamente insensibles a los aumentos de precios. A largo plazo la situación se normalizará y los consumidores podrán terminar comprando la misma cantidad de bebidas azucaradas, pero pagando más por ellas. Sobre el dinero obtenido con el impuesto, el gobierno de Malasia comenta que se podría destinar a la financiación de programas de salud para tratar enfermedades no transmisibles como la diabetes y la obesidad, ya veremos cuánto hay de verdad en esto
No se han dado cifras sobre la tasa y a qué productos afectará, aunque es probable que se termine hablando de un 20%, la tasa aplicada en varios países que han introducido el gravamen. En definitiva, parece que Malasia se sumará a la creciente lista de países que han introducido la tasa del azúcar o que planean introducirla, como ya auguramos aquí, el año 2018 también será, junto al 2017 y al 2016, el año del impuesto del azúcar.
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